180 años del Congreso de Simón Bolívar en Panamá

180 años del Congreso de Bolívar en Panamá

El 22 de junio de 2016 se cumplieron 180 años del congreso integracionista convocado por Bolívar en la ciudad de Panamá. La unidad latinoamericana fue una constante y la mayor obsesión de pensamiento y acción del libertador: Desde la Caída de la primera república Bolívar comprendió que el proceso de independencia debía ser asegurado para todas las colonias, nada se conseguía con la libertad de Venezuela mientras el resto de las naciones estuvieran sometidas al yugo colonial, por lo que la independencia era el primer paso y lo más importante era garantizar luego la consolidación de un frente común suramericano que le permitiera a éstas frenar cualquier agresión extranjera. Publicado en Aporrea.
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En 1812, en el Manifiesto de Cartagena, después de la caída de la primera república, Bolívar adjudica este fracaso a la debilidad de un gobierno federalista. En 1815, después del segundo fracaso republicano, en la Carta de Jamaica, Bolívar profundiza sobre la necesidad de un gobierno fuerte mente centralista y allí por primera vez expresa su proyecto integracionista: «Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo…» » …Los Estados del Istmo de Panamá hasta Guatemala formarán quizás una asociación. Esta magnífica posición entre los dos grandes mares podrá ser con el tiempo el emporio del universo…» » …La Nueva grada se unirá con Venezuela (…) esta nación se llamará Colombia». En este documento, con nueve años de antelación, Bolívar manifestó su sueño de que algún día en Panamá se realizara un congreso para tratar los temas relacionados con la integración: «i Que bello sería que el Istmo de Panamá fuera para nosotros lo que el Corinto para los griegos!, Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso…».
Es necesario reconocer que fue Francisco de Miranda, desde la temprana fecha de 1791, quien por primera vez plantea la necesaria integración y el proyecto de una gran nación llama Colombeia (en honor a Cristóbal Colón). Pero este plan unionista difiere del diseñado por Bolívar por que propone la dualidad de un gobierno monárquico central a la vez de un sistema federal en lo interno de las naciones. Además en dicho plan no estaba claro sobre qué naciones recaería la integración , si se refería sólo a las colonias españolas o a todo el continente americano. En la integración Bolivariana, no hay la menor duda de que sólo se refiere a la parte sur del continente americano.
Hay quienes han pretendido atribuirle a Bolívar un pensamiento panamericano (como el que surgió a finales del siglo XIX y más aún después de la Segunda Guerra Mundial con la creación de la OEA) manipulando abiertamente algunas de sus propuestas. Desde 1819, cuando se unía la participación del ejercito patriota venezolano en la liberación de los países hermanos, Bolívar lleva a la acción lo que era un principio fundamental en su pensamiento político desde 1815: La integración de Venezuela, Nueva Granada, y Ecuador en lo que sería llamada la República de Colombia, la liberación de Perú y la constitución de Bolivia son su mayor demostración.
Como sabemos, dentro de las metas de Bolívar estaba la de llevar la independencia a Puerto Rico y Cuba. Este sueño, como todo el proyecto integracionista, comienza a verse debilitado desde 1826 cuando los egoísmos, rivalidades y el pensamiento provincial comenzaron a socavar el movimiento integracionista. En este contexto, el Congreso de Panamá estaba signado por el fracaso en sus resultados inmediatos, pero no en su trascendencia histórica.
Los preparativos del Congreso de Panamá son iniciados por el Libertador desde diciembre de 1824, en el contexto del triunfo de Ayacucho que representó a la última gran batalla por la independencia hispanoamericana pero también como respuesta a las proclamas que ponían de manifiesto la política expansionista Norteamericana, nos referimos concretamente a la Doctrina Monroe de 1823, que abogaba por una «América para los Americanos», lo que es decir una América para los norteamericanos. Desde entonces, con sobrada razón, Bolívar agudiza su recelo hacia el país del norte. Sin la menor duda, el Congreso de Panamá, como todo el pensamiento integracionista latinoamericano, estaba llamado más enfrentar una posible agresión de la naciente potencia norteamericana que a la amenaza del debilitado imperio español.
La conformación del Congreso de Panamá es una demostración de la intención de Bolívar ya que sólo fueron llamados a formar parte como miembros ordinarios independizados, el resto de naciones como Inglaterra, Holanda, Francia, Brasil, y los Estados Unidos fueron invitados como observadores. Hay quienes adjudican la invitación a estos últimos países por decisión unilateral del General Santander quien fue nombrado por el Libertador como coordinador del evento. En total sólo cuatro naciones participaron . Los escasos logros inmediatos del Congreso de Panamá fueron el primer gran golpe que recibió el proyecto integracionista latinoamericano, que iría a terminar con la disolución de Colombia y con la Muerte de Sucre, al que Bolívar ya cansado y enfermo veía como el continuador de su pensamiento.
Cuando Bolívar escribió a finales de 1829 a Patricio Campbell que : «Los estados Unidos parecen estar destinados por la providencia a plagar de hambre y miseria a la América en nombre de la libertad», lo hizo previendo lo que sería una larga historia de agresiones del gobierno nort6eamericano hacia los países latinoamericanos. Después de 185 años son muchos los llamados a integración que se han hecho, desde el desformado panamericanismo pasando por los debilitados intentos de un ALALC (luego ALADI, Pacto Andino, CARICON, SELA, Mercosur, UNASUR, entre otros tantos) . La mayoría han fracasado por ser estos países dependientes económicas como políticamente y llenos de rivalidades, que tiene sus orígenes desde el propio proceso colonizador. Hoy la integración latinoamericana como cualquier otra de la región del sur, pareciera estar llamada al fracaso y no tener sentido como paso previo para poder introducir la llamada globalización. Los países de América Latina han entrado en una competencia feroz para montarse en este último «tren de la historia», sin tener claro sentido hacia donde se dirigen. Hasta ahora la llamada globalización ha demostrado más contradicciones e injusticias que avances en el desarrollo económico, la justicia y la solidaridad social. Y mientras que esto exista el pensamiento bolivariano integracionista seguirá vigente.