25 cosas que un venezolano descubre cuando emigra a Chile

25 cosas que un venezolano descubre cuando emigra a Chile

Descubres que en Chile, la chucha no es lo que estás imaginando, ¡mal pensado! Y te acostumbras a frases como “más hediondo que la chucha” o “más lejos que la chucha”, aunque jamás dirías esas cosas si volvieras a Venezuela. No importa cuánto lo intentes, llegas a la conclusión de que para ti el café instantáneo nunca será café de verdad. Y te la pasas añorando ese olorcito del cafecito recién colado a la mañana. Publicado en Matadornetwork.

También descubres que los policías son los Señores Carabineros… pero que todo el mundo los llama pacos culiaos y que nunca, pero nunca se te debe ocurrir ofrecerles algo pa’ los frescos.

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Crédito: chilesatelital

Que la weá es como la vaina, que cagarla es algo bueno, pero dejar la cagada es todo lo contrario a una buena impresión…

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La comida estuvo buena.

Sí, la cagó.

Pero está todo desordenado.

Sí, estos cabros dejaron la cagá.

Que cuando algo está como la raja es porque está arrecho, mientras que si está pa’l pico… está de la cagada.

Que si te dicen Te pasaste, en realidad te están agradeciendo por algo que hiciste. Y que “Ya” puede significar que te entendieron, gracias o ser el punto final de una conversación.

Que las micros (camioneticas) son tan locas como las de Venezuela, y parece que las estuviese manejando el mismo Toretto.

Que los perros callejeros están bien papeados y esperan la luz verde para cruzar la calle por el rayado.

Descubres que existe una nueva comida en el día, que se hace entre las 7 y 8 de la noche y que no es precisamente la cena… Se llama “tomar once” y  es la comida más apreciada del día -sea o no la última-. Se trata de un momento de reunión familiar o una excusa perfecta para quedar con tus amigos. Normalmente está compuesto por una taza de té, café o leche, pancito habitualmente con mantequilla, mermelada, palta, tomate, paté, queso o huevos. Tal como un desayuno invertido.

Rápidamente aprendes que tus queridos perros calientes se llaman completos y que estos no tienen nada que ver con los de Venezuela. Eso sí, los hay de distintos tipos y con una amplia variedad de ingredientes como: tomate, huevo, ají verde, queso, el infaltable aguacate y por supuesto mucha, mucha mayo.

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Crédito: owlpacino

Por otra parte, te vuelves amante de las marraquetas tostadas con palta pisada y sal, y que junto con la palta, debes desarrollar una devoción a la papa para poder alimentarte en Chile.

Cuando vas al cine, te resignas a que solo hay cotufas (cabritas) dulces. Así que, o entrenas tu cuerpo para la dosis de azúcar, o te limitas a mirar la película acompañándola sólo con papas fritas y galletitas.

Descubres que la gente es muy amable y que siempre estarán dispuestos a echarte una mano en lo que necesites… aunque siempre te adviertan que si un chileno te puede joder, lo hará.

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Que salir de fiesta es irse de carrete, que en el carrete tomas harto copete, que el copete preferido es la piscola y que si te pasas de piscolas te curas ¡Fácil!

Es mejor que aprendas rápido que “pico” significa pene, al igual que corneta, callampa, cuchuflí, etc, etc, etc. Es decir, descubres que los chilenos tienen un diccionario entero para nombrar al órgano reproductivo masculino.

Que regalonear es hacer mimos, y ser regalón es ser cariñoso, pero que además te gusta que “te hagan cariño”.

Que aquí la planta baja es el primer piso y el primer piso es el segundo ¿Cachai? Así que si tu departamento está en el tercer piso en realidad estarás viviendo en el cuarto. Te aseguro que es menos complicado de lo que parece.

Que los regalos de navidad los trae un señor llamado el “Viejito Pascuero”.

Y que el 18 y 19 de septiembre son las fechas más esperadas del año, mucho más celebradas que hasta la mismísima Navidad. Así que te sumas a celebrar en grande las fiestas patrias chilenas.

Con algún suspiro y mucha paciencia, descubres que -tal como sus vecinos del otro lado de la cordillera (los argentinos)-, muchos chilenos también creen que Venezuela queda en Centro América.

Por otro lado, con alegría descubres que si eres amante de los mariscos, Chile será tu paraíso en la tierra ¡Ohhhh sí! Machas, locos, chipirones, camarones, langostinos, centolla, jaibas, picorocos, gambas y muchas variedades más recién empiezas a conocer.

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Crédito: hotelcasarosalia

Aprendes lo que es un buen vino chileno y te das cuenta de que el Gato Negro y Casillero del Diablo, que en Venezuela te los vendían como oro mismo, están sobrevalorados en este país.

No sé si “descubres”, pero por lo menos te llevas la impresión de que Chile es -probablemente- uno de los países con más fumadores de marihuana.

Y por último, no solo te das cuenta de que los chilenos en general están acostumbrados a las tragedias: terremotos y réplicas, tsunamis, incendios forestales, inundaciones… este país lo tiene todo. Y también descubres la impresionante capacidad de los chilenos de sobreponerse a todas estas de la mejor manera.