Duro de asimilar pero todos deben leerlo: ¡No seas bolsa!

Duro de asimilar pero todos deben leerlo: ¡No seas bolsa!

Este artículo fue publicado por Jenn Fourth en su blog mujerenpositivo y lo reproducimos a continuación:
¿Quién tiene el control de tu vida? Seguramente esta frase retumbará en los oídos de mis seguidores en Venezuela, porque es una expresión muy usada, que significa: ¡No seas tonto! Pero esta vez el título de este artículo se parece más a la canción de Katy Perry que empieza preguntando si alguna vez te has sentido como una bolsa plástica, moviéndose a merced del viento, sin rumbo específico, y con la esperanza de empezar de nuevo.
bolsa-plastica
“La historia de la bolsa” comenzó conmigo de protagonista hace muchos años, y la comparto con mis clientes y con todo aquel que viene a mí por un consejo. Para hacer el cuento corto, imagina que la bolsa representa tu vida y el viento lo que haces de ella, basado en lo que otros crean que es lo mejor para ti (eso que muchos llaman destino). Resulta que tu bolsa está a merced del viento todos los días, pues este la lleva a lo alto y la deja caer a lo mas bajo sin aviso, mientras se golpea con todo lo que esté a su paso. A la bolsa la pisan, la maltratan, y llega el perro y ¡zas! la muerde o le hace sus gracias encima; y llega de nuevo el viento, y otra vez para arriba, y para abajo, y contra la pared, contra el piso, y así, por días y días, hasta que está tan rota y maltratada, que ya no puede volar, o el viento no puede levantarla, pero la sigue arrastrando, sin un destino final.
La bolsa no tiene voluntad, ni fuerza, ni una meta específica, así que simplemente, se deja llevar. Mientras tanto, la bolsa, y tú pierden su bien más preciado, el tiempo. Ese que no se recupera nunca.
Tu vida sin un plan de acción definido será como la bolsa. Darás tumbos de una relación a otra, o de un trabajo a otro, cambiarás de rumbo con cada opinión que recibas de terceros, y tendrás momentos de gloria en los que el viento te lleve a lo más alto (una ilusión de felicidad), pero también tocarás fondo repetidas veces (más de las necesarias), cuando el viento deje de soplar.
En el caso de mis clientes y del emprendimiento, yo hago énfasis en esta metáfora porque un negocio sin plan, es una bolsa. Una publicidad sin estrategia de marketing, es una bolsa. Un post en medios sociales sin estrategia y planificación de contenido es una bolsa. Y cualquier meta sin un plan de acción es… una bolsa. Todos se irán y vendrán, sin rumbo definido, hasta que se deshagan en el camino.
A fin de evitar ser un bolsa debemos sincerarnos y establecer metas claras. Empieza desde lo más sencillo, haciendo una lista de las acciones que debes emprender para alcanzar estas metas, y todas las que te propongas.
La bolsa se distrae todo el día en cosas y actividades no relacionadas a tus objetivos; pero un emprendedor con propósito realizaría las  acciones que lo llevarán a alcanzar esos objetivos. El logro de metas requiere un plan de acción y el establecimiento de fechas límite, para que puedas moverte de una meta a otra y avanzar.
Tus amigos, familia, pareja, compañeros de trabajo y demás conocidos, todos son buenos opinando y diciéndote qué hacer y explicándote por qué tu sueño es una locura, pero ¿es que acaso ellos han alcanzado sus propias metas? Toma el control de tu vida, sigue tus instintos, y sólo toma lo mejor de los consejos de otros.
Recuerda que nadie vive la vida por ti, y nadie dejará de trabajar y sacrificar sus sueños por  cumplir los tuyos.
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