El sentir de una venezolana que emigra: “arrimada en otro país” | YoEmigro.com

El sentir de una venezolana que emigra: “arrimada en otro país”

El éxodo de venezolanos que emigra, es una realidad cotidiana, por la situación país que secciona nuestras aspiraciones a mayores oportunidades, por las carencias que nos colman, y un sinfín de razones con las que la gran mayoría nos sentimos identificados; pero independientemente de la razón esta misma mayoría coincidimos en algo, “Estamos de paso”.

No importa a cuantas terapias asistas, cuanto te mentalices, siempre te sentirás “arrimado en otro país”, y el tema actual de la xenofobia hacia los venezolanos (palabra que desconocía hasta que mis paisanos comenzaron a ser víctima de ella) lo hace más tenso.

Estos meses fuera de Venezuela han tenido un solo propósito, reunir dinero suficiente para cuando esta etapa culmine, y me toque volver a mi tierra proclamada libre, pueda invertir el dinero, extender mis estudios y ejercer la carrera que un día abandoné porque como recepcionista, ayudante de cocina, encargada de limpieza, taxista, y muchas otras profesiones, recibía un pago superior.

Mientras tanto me aguanto las ganas de comerme una cachapa con cochino frito, unas mandocas, una empanada que no tenga arroz y lenteja, unos tequeños, y todos aquellos platos que nos han llevado a desarrollar un paladar tan exquisito que no podemos digerir un perro caliente con mermelada de frutas, como acostumbran los paisas, incapaz de competir con los de la calle del hambre.

Sumémosle a eso la tarea de luchar con mi yo interior para no alardear de las maravillas de mi tierra cuando viajo a una playa que su gentilicio considera afrodisíaca y que para mí es un insulto a Tucacas.

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Lo positivo de esto es que cuando Venezuela se restaure, y el gran porcentaje de venezolanos que habíamos emigrado regresemos, estaremos aleccionados para aportar a su desarrollo, respetando las leyes de nuestro país, así como por meses nos regimos por la de aquel que nos acogió, regresaremos valorando aún más nuestras costumbres, nuestro himno, ese “Gloria al Bravo Pueblo” que tanto evitábamos entonar y que afuera gritábamos con lágrimas en los ojos, y ya para finalizar y no menos importante, luego de contribuir con el 50% de nuestro salario en servicios y taxes para el crecimiento del país que nos recibió, continuar asumiendo la actitud contribuyente, dispuestos a hacer lo mismo por un país que sí nos pertenece.

Te veo pronto mi Venezuela…

Valentina Gómez

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