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España "no es país para jóvenes"

La población joven española no consigue salir de la casa de sus padres. Sólo un21% de los menores de 30 años ha encontrado la forma de emanciparse. Según el informe Observatorio de Emancipación que ha presentado el Consejo de la Juventud de España este lunes, la mayoría de los que sí lo han conseguido no han podido hacerlo solos. Únicamente un 16% de los emancipados en esta franja de edad han podido irse sin necesidad de contar con un compañero o compañera. Así lo reseña ElMundo.es, con un trabajo periodístico de Natalia Jiménez:
Estudiantes de Ciencias Sociales en la UPV. Gabriela Barnuevo. 12 de Noviember 2009.
«España no es país para jóvenes», ha declarado Víctor Reloba, responsable del área económica del Consejo de Juventud de España. Más allá de las duras condiciones del mercado de la vivienda, donde cada vez más el alquiler supone un gasto mayor a la compra, hay que retroceder y pararse a mirar la frágil situación en la que se encuentra el mercado laboral. La mitad de las personas menores de 25 años está en paro. Y los menores de 30 que han tenido la suerte de encontrar trabajo tienen que lidiar con contratos temporales, de los cuales un 44,9% duran menos de un año.
«Más de un tercio de la población juvenil está en riesgo de exclusión social», ha advertido Reloba. «Siempre se habla de pobreza infantil o de la pobreza a nivel general. Sin embargo, en ese espacio intermedio, la juventud española es el colectivo que más riesgo de pobreza tiene en la actualidad». «El 64% de la población juvenil no trabaja», ha insistido.Y el 60% de los que sí lo hace no llegan a cobrar los 1.000 euros al mes.
«Para un joven hoy tener un trabajo ya es de por sí difícil», ha explicado Reloba. «Lo que históricamente habíamos considerado un trabajo ya no existe para ellos. Ya no es una garantía de inclusión en el estado de bienestar». El empleo y la vivienda son los dos factores clave para que una persona joven «inicie el tránsito a una vida adulta». Sin embargo, «vivir con sus padres es la única estrategia que tienen, a pesar de que se les quiera culpabilizar por ello, para no afrontar ese riesgo de pobreza».
Para hacerse una idea, un joven que tuviera que cargar con los gastos de adquirir una vivienda en propiedad tendría que destinar más del 58% de su salario a ella. Tendrían que disponer de un ahorro previo cuatro veces superior a su salario anual para poder ser un «cliente solvente». O eso o cobrar el doble de su sueldo actual.

Un problema estructural

Según ha comentado Reloba en la presentación, entre 1985 y 2000, el gasto en la tercera edad en España fue 34 veces superior a la de infancia, juventud y educación. «Es una anomalía a nivel mundial», ha recalcado. «En toda la OCDE no hay ningún país en el que suponga un gasto 10 veces más alto». Es la pescadilla que se muerde la cola, «un efecto dominó». Si la juventud no trabaja ni cotiza y la población no hace más que envejecer, «se ponen en peligro el sistema de pensiones y el estado de bienestar en su conjunto».
«No es un problema de jóvenes, es un problema estructural. Ojalá esta situación tan difícil que vive la juventud entre en la agenda pública y los políticos se preocupen por ello», ha reclamado Robleda. Porque, esos trabajos parciales y temporales «no van a permitir que esos jóvenes coticen lo suficiente como para tener pensiones dignas». Actualmente las pensiones se sostienen con en torno al 30% de la masa salarial. Si se mantuvieran constantes determinadas variables, «de aquí a 10 años costarán alrededor del 70% y serán insostenibles».
«El peligro está en que esas personas jóvenes vayan rotando entre empleos temporales y parciales y no puedan tener un proyecto de vida sólido», explica Robledo. La edad de primera maternidad, que está ahora en los 32 años de media, no hace más que retrasarse. «Hablar hoy de madres jóvenes es como hablar de unicornios, cuesta encontrarlas», ha criticado.

Desigualdad entre comunidades

Cataluña, la Comunidad Valenciana, Madrid y La Rioja son las comunidades autónomas que más caídas han sufrido en la emancipación de los jóvenes. Mientras que Asturias, Cantabria y Extremadura son las tres únicas en las que se ha reducido la cantidad de menores de 30 años que siguen viviendo en casa de sus padres.
La comunidad que ocupa el primer puesto en cuanto a emancipación de jóvenes es Baleares, donde, a pesar de que su tasa ha descendido casi un 12% con respecto a 2014, aproximadamente un 28% de los menores de 30 años han conseguido alquilar o poseer una vivienda propia. Es un gran contraste con La Rioja, que tiene el peor resultado del país, en cuyo caso tan sólo un 16% de sus jóvenes estaban emancipados residencialmente en el segundo trimestre 2015, un 35% menos que el año anterior.