Francia: Diez cosas que la convierten en un gran sitio para vivir

Francia: Diez cosas que la convierten en un gran sitio para vivir

“La France” (la Francia) en su traducción, un país para el suspiro de la melancolía, pero también de la alegría; el suelo donde los más grandes pensadores se congregaron para determinar las libertades ciudadanas, donde nació la democracia y el fin de nuestras cadenas. Quizás pueda sonar poética nuestra entrada, pero Francia es sinónimo de la belleza lírica; todos nos enamoramos con sus calles, y nos alimentamos de su historia.

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Hay varios estudios que señalan que París, la capital del país es uno de los 10 destinos que la mayoría de personas en el planeta agenda como meta turística en la vida. Muchas cosas hacen denotar a Francia como un sitio idóneo para vivir, pero la lista puede ser aún más larga de lo que pensamos, como su antología contemporánea y hermandad. En ese sentido, aquí les describimos otras razones para morar en sus rincones:

1. Economía

Sí, muchos podrían preguntarse o reprochar el hecho de saltar del más profundo sentimiento carnal del amor a la banalidad del mundo moderno con las cifras macroeconómicas de un país; pero hay que entender que “no sólo del aire vive el hombre”, como reza un dicho popular globalizado, sino que es necesario producir los métodos materiales para la subsistencia. Francia es la sexta economía más poderosa del mundo, lo que la convierte en un territorio fértil para las inversiones y la generación de puestos de empleos, sobre todo dentro de los sectores del turismo y la hotelería.

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2. Cultura

Explicar sobre éste particular puede sonar redundante, pero es necesario siempre recalcarlo, pues, el ambiente cultural de Francia es inigualable con el resto del planeta. En el suelo galo se ha gestado gran parte de la industria artística global; y allí han nacido insuperables hombres de les letras como Arthur Rimbaud, el más colosal poeta maldito, que creó su propio barroco interno.

3. Gastronomía

No en vano los franceses presumen su talento culinario. Los más destacados chefs internacionales mueren por siquiera tener una oportunidad laboral en cualquier restaurante de alta gama en Francia, pues, eso se traduce en una excelente referencia dentro de su síntesis de vida profesional. La fama de la cocina francesa no se resume en platos específicos, sino en la diversidad diaria que logran sus artífices, un rasgo no rutinario que atraen a muchos comensales.

4. Sus baguettes

Siguiendo con el tema gastronómico, pero menos industrializado, el comercio de los baguettes en Francia es exquisito. Sus cafeterías sirven deliciosos panecillos que muchos catalogan como los mejores de Europa, además los entremeses son variados, entre embutidos y cremas.

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5. Sus quesos

Los quesos franceses son tal vez, el producto de exportación que se puede equiparar con los vinos. En este país, los derivados lácteos son muy apetecibles, y las variedades –más de 300- increíbles, siendo los añejos los más demandados. Un buen queso azul, o de Pasta Jaspeada no le cae mal a nadie de vez en cuando.

6. El vino francés

La producción de vinos en Francia es extraordinaria y de mucha calidad. La tradición vinícola de éste país es insuperable, y sus viñedos son paraísos de ensueño para tantos catadores en el mundo entero. Sus cepas y la vinificación se han convertido en modelos a seguir en otras partes que se destacan también por la fabricación de estos líquidos, como Australia, por ejemplo. Francia goza de un clima envidiable, y una geografía estupenda para ello. Los vinos franceses son sedosos y con un aroma que pocos pueden imitar.

7. Trabajar sin estrés

Los franceses entienden el significado de una vida despreocupada por los problemas, pero ocupada en el disfrute. Sus horas laborales son menores que en el resto del mundo, o por lo menos de algunas naciones occidentales: 35 a la semana. Por lo general los comercios, o empresas no trabajan más allá de las 7 de la tarde, como un método para dignificar la vida de sus nóminas, quienes pueden tener tiempo para departir con la familia o salir a cenar con buenos amigos.

8. Educación: económica y de calidad

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A diferencia de sus vecinos europeos, los franceses cuentan con un sistema educativo bastante accesible, sin tarifas exorbitantes, por ejemplo, dentro del nivel universitario. Los grados son perfectamente costeable por cualquier persona con un salario mínimo establecido. Además, desde la primaria hasta la secundaria, el gobierno galo intervine en la supervisión del funcionamiento adecuado de los colegios, garantizando una enseñanza de calidad.

9. El lujo y la cortesía

Algunos turistas difieren del tema cortés en Francia, o por lo menos en París, pues, se han topado con personas que no responden a un llamado si no se les habla en su perfecto idioma; pero la cortesía va más allá, los franceses son muy respetuosos si se les trata de la misma manera; además, la diplomacia como forma de relacionarse socialmente es incomparable, tienen el don de la elegancia para aceptar o rechazar algo. Mientras que el lujo es su premisa, se lleva en el ADN francés y se impregna en cada calle; sólo observar el ímpetu clásico de sus bares, cafés o restaurantes es indescriptible.

10. El servicio y la puntualidad

En Francia nada se toma en vano; la hora es un determinado número que asegura la eficacia en cualquier ámbito de la vida, por ello es tan importante. Por otro lado, el servicio al cliente es uno de los más reconocidos a escala global; los franceses practican la filosofía de “el clientes es el rey”.

Cuéntanos que es lo más llamativo de Francia para ti…

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