Manual de comportamiento para inmigrantes (escrito por un panameño)

Manual de comportamiento para inmigrantes (escrito por un panameño)

El día de hoy, navegando por nuestras redes sociales nos encontramos con el siguiente artículo, escrito por Erick Simpson Aguilera en su blog en el que da su visión, como panameño, de cómo deben comportarse los inmigrantes en su país y que reproducimos a continuación de forma textual:
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En virtud de los roces, quejas mutuas, conflictos y malentendidos ocasionados por algunos inmigrantes que han escogido a Panamá como su nueva residencia, me dispongo a facilitarles la estadía en nuestra patria con el siguiente manual cuyas instrucciones espero les sean útiles en su adaptación.
1- Prepárese psicológicamente para entender que es usted quien está emigrando, no su país entero, sus familiares, sus amigos, sus vecinos, sus costumbres, ni su idiosincrasia. Por ende, no espere ilusamente que se encontrará con un entorno sociocultural idéntico al suyo. Por supuesto que no será así, ergo le tocará adaptarse a su nuevo entorno y no pretender que son los nacionales panameños quienes tienen que modificar sus costumbres, entorno e idiosincrasia para que usted se sienta como si estuviera en su casa o país, librándose así del proceso de adaptación.
2- Estudie y aprenda acerca de las costumbres, idiosincrasia e historia de su nuevo hogar, con la finalidad de que se le facilite su proceso de adaptación y no incomode a sus anfitriones. Es decir, no espere prepotentemente que sean sus anfitriones quienes tengan que estudiar acerca de la historia, costumbres y usos de su país por la sencilla y obvia razón de que nosotros estamos en el nuestro y no en el suyo.
3- Manténgase bajo perfil. Claro está, que tampoco renunciando a sus derechos.
Me explico:
Si usted está recibiendo un servicio con el que no está conforme, como gente civilizada haga su reclamo con el mayor de los respetos, y no salga con atorrancias por el estilo de gritar: “Estos panameños no sirven, éste país no sirve, en mi país no pasa esto”, y demás fantasías que se escuchan de ciertos inmigrantes ridículos con aires de divos.
Éste punto es importante que lo sigan al pie de la letra en virtud de que, si no se han percatado todavía les aviso que, el panameño es buena gente, alegre y tratable con el extranjero, pero a las malas se torna bastante agresivo y violento, y si usted ilusamente cree que llegó a un país de borregos y que usted es la sabrosura hecha persona que puede gritar, insultar y ofender en casa ajena, puede llevarse una sorpresa bien desagradable que Dios quiera no acontezca.
4- Si usted considera que su país del cual salió huyendo por la situación política y económica insostenible es la maravilla del mundo, y que Panamá en donde vive ahora, trabaja, negocia, y come, gracias a que gozamos de la prosperidad y paz social de la que carece su maravilloso país, no sirve y es un istmo feo y tercermundista, coméntelo con sus familiares y amigos en su casa y auto-engáñense entre ustedes si eso los hace felices y les provoca un falso sentimiento de superioridad, que cada uno tiene el derecho a vivir su propia mentira y fantasía, pero absténgase de hacer espectáculos en público vociferando esos mitos que solo ustedes se creen, delante de los panameños, lo cual raya en el masoquismo y es tentar a la suerte.
Por inverosímil que parezca, hay ciertos inmigrantes de un país en particular que proceden así, y después se quejan que el panameño es xenófobo cuando reacciona; es decir, tiran la piedra y esconden la mano.
5- Si en su país de origen reinaba la exclusión social y el apartheid, de tal manera que usted se siente de una raza superior estilo aria, y se considera miembro de la realeza en cuanto a clase social, y le incomoda en extremo que en Panamá los negros, indios, mestizos y mulatos caminen libremente por los malls, cines, restaurantes, parques, etcétera, y usted quisiera que esto no fuera así y que ellos no respiraran su mismo aire ni compartieran el espacio público que usted frecuenta, ese es su problema y no pretenda que nosotros importemos sus traumas y películas mentales. Es usted quien debe cambiar de chip y adaptarse; no los panameños que no sufrimos sus traumas sociales.
En Panamá los pobres comen 3 veces al día, visten bastante bien, es decir, no andan en harapos, y no son el tipo de pobres estilo corderitos de otros países de Latam que se intimidan ante miembros de clases sociales más altas, es decir, no cometas el error de cruzar la raya con tu racismo y discriminación social, que aquí cualquiera te raja la cara para que respetes si te pasas de liso.
Aclaro que, no hago apología a la violencia, más bien trato de evitarla advirtiéndoles a ciertos inmigrantes suicidas, cómo funcionan las cosas acá, para que no le echen leña al fuego.
6- Si en su país antes recibían inmigrantes de todas partes, eso no es problema nuestro ni le da a usted licencia para abusar de nuestra hospitalidad y bondad al recibirle en nuestra tierra.
Esto lo menciono por cierta clase de inmigrantes que viven llenos de mitos y fantasías argumentando que como ellos eran receptores de inmigración, Panamá debe ahora recibirlos, aguantarlos y adaptarse a ellos. Y también argumentan que Panamá le debe su libertad a cierto celebre paisano suyo, cuando si en realidad supieran un poco de historia conocerían que Panamá se separó sola de España y se unió al proyecto bolivariano por voluntad propia.
Otros argumentos igual de risibles que se escuchan de ciertos inmigrantes es que el Canal fue construido por los gringos, no por nosotros, a lo cual les pregunto ¿Y? ¿Quién ha dicho lo contrario?
Que somos un narco-estado en que gobernaba Noriega, a lo cual después de reírme les pregunto ¿Y? ¿Se supone que los panameños somos responsables de la dictadura que una vez gobernó Noriega? ¿Se supone que debemos avergonzarnos por el régimen del secuaz y agente de la CIA?
Por favor, inmigrantes insolentes que argumentan éstas falacias, maduren de una vez y tomen un libro aunque sea una vez en la vida, que los panameños fuimos víctimas de la dictadura, no sus promotores, y sepan que los responsables de ese engendro fueron los gringos, mejor dicho, el gobierno de USA que se caracteriza por crear tiranos que usan cual títeres y a los cuales desechan a la postre satanizándolos.
7- Si usted cual niño que cree en Santa Claus, creyó en el mito de que la prosperidad económica y bonanza de que goza Panamá se debe a la inmigración de su país, me veo en la necesidad de bajarlo de esa nube con una buena dosis de realidad.
Panamá existía antes de la invasión de cierto grupo de inmigrantes que se adjudican el éxito de nuestra economía reclamando infantilmente su autoría, y tenemos más de una década de estar creciendo sostenidamente desde que recuperamos la soberanía en todo el territorio nacional.
Sí, así es. Existen algunos inmigrantes ilusos que hasta amenazan que cuando ellos se vayan nuestra economía se irá a pique, lo cual me causa gracia y me hace preguntarme si son así de ilusos por naturaleza o es que estudian y practican para alcanzar ese nivel de soberbia y egocentrismo.
Panamá no se fue a pique cuando salieron los gringos que tenían más de 100 años aquí, ni se irá a pique cuando se vayan unos aparecidos, recién llegados, y muy crecidos que se creen lo que no son.
8- Si Panamá a través de los años ha recibido sin problema alguno muchos inmigrantes de Centroamérica, Sudamérica, Antillas, Asia, Europa, etcétera, léase, de muchas y variopintas nacionalidades, y resulta ser que solo tu gentilicio es el que está envuelto en contiendas al punto de resultarle indeseable a los panameños en otrora amigables con el extranjero, a los cuales catalogan ahora de xenófobos (a los panameños) algunos que se venden como víctimas y no los son, debes hacer una sincera introspección, un auto análisis, una auto critica, y preguntarte el por qué si en Panamá hay gente de todo el planeta, solo a los de tu país tildan de indeseables, y quizás te encontrarás con la verdad pura y dura, a saber, que ustedes son los del problema, no nosotros.
9- Si después de tratar de aplicar los puntos anteriores usted fracasa en su intento y le sigue costando adaptarse a Panamá, a la cual sigue considerando un castigo en comparación con su hermoso, prospero, bonito, maravilloso, y perfecto país, por favor no sufra masoquistamente ni nos incomode con sus traumas y regrese a su tierra lo antes posible, que no nos interesa a los panameños ser participes de sus contradicciones y conflictos mentales.
En fin, dejamos el manual hasta aquí, y si usted es un inmigrante agradecido, trabajador, y respetuoso, no se sienta aludido ni ofendido que el presente manual no es para usted; es para los desadaptados que no tienen claro conceptos tan obvios y por su mal comportamiento provocan un daño severo a sus paisanos por la mala fama que gratuitamente les están dando a los que sí son honrados y buena gente.
Usted inmigrante correcto, trabajador y respetuoso, siéntase bienvenido en nuestra patria, que con todo el gusto le extendemos una mano amiga como solemos hacer los panameños, y siga aportando su esfuerzo como un ciudadano de bien, que nosotros los panameños siempre hemos vivido entre inmigrantes sin problema alguno y solo exigimos respeto, máxime porque estamos en nuestra propia tierra, ergo lo merecemos, porque en su casa manda el dueño.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.