Testimonio: No pienso luchar ni apoyar la lucha por Venezuela

Testimonio: No pienso luchar ni apoyar la lucha por Venezuela

No tengo ningún deseo de luchar por Venezuela, porque no me siento venezolana, ese país lo que me ha dado es frustraciones, tristezas y me ha hecho mucho daño.

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El venezolano, en su mayoría, es una persona dañina, malintencionada, cruel, egoísta, que tiene malas intenciones y que siempre busca como joder a los demás.

Cada venezolano se cree único, superior, mejor y más que los demás; la humildad es algo que nunca ha tenido y, en parte, no es su culpa, porque todos, tanto propios como extraños les han hecho creer que son un país rico, una tierra bendecida y que se merecen todo sin dar nada a cambio.

Los venezolanos, los “hijos de Bolívar”, han heredado lo peor de los españoles, lo peor de los indios y lo peor de los negros y no es casualidad, porque si nos vamos a la historia, nos damos cuenta que “El Libertador” no fue más que un simple oportunista hablador de gamelote que se aprovechó de una coyuntura histórica para convertirse en leyenda y sacarle provecho político a la situación ¿no les recuerda a un “prócer” más reciente que hasta el nombre del país cambió?

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No me siento venezolana, porque soy de las personas que les gusta seguir las normas, cumplir las leyes, respetar a los demás, porque si me dan cambio extra lo devuelvo, si el conductor del bus no se da cuenta que me subí, igual le pago, porque respeto las señales de tránsito, los límites de velocidad y si resulta que violo una ley, quiero mi multa de acuerdo a la norma, no pienso darle “pa’ los frescos” a ningún policía o fiscal, porque no hago trampa con el medidor de la luz, siempre espero lo mejor de las personas y creo en su palabra, así como soy siempre transparente y sin intenciones ocultas a la hora de hacer negocios o llegar a acuerdos, si digo que voy a un sitio es porque voy y si no puedo digo que no iré; evito aprovecharme de los demás y le extiendo mi mano a todo el que pueda ayudar.

Y, sé que los venezolanos son una raza dañina, porque el 90% las personas que he visto abusando de la confianza o de los privilegios son venezolanos, porque todos los que, luego de ayudarlos, se han ido hablando mal de mí son venezolanos, porque la mayoría de los que han querido estafarme o aprovecharse de mí, son venezolanos porque de los que he visto buscando formas de violar las leyes para beneficio personal o para dañar a otros, me atrevo a afirmar que un 90% de ellos, han sido venezolanos.

Sí, en todos lados hay gente mala, pero la gente con soberbia y con ínfulas de superioridad suelen ser los peores y no conozco en este mundo, ninguna sociedad que tenga su país destruido, su gente pasando hambre, su economía patas arriba, pero que se crean que son un pueblo bendecido, superior y que todo el mundo debe arrodillárseles a su paso.

Si bien nací y crecí en Venezuela y no tengo otra nacionalidad nunca me he sentido venezolana, nunca he entendido por qué la gente tiene que ser tan malintencionada, destructiva, dañina, malvada, rencorosa y resentida, porque solo un pueblo resentido es capaz de haber votado una y otra vez por un gobierno que ha llevado ese país al nivel en el que está.

Quisiera algún día poder estar orgullosa de la nacionalidad que porto, quisiera algún día que ese pueblo madure y entienda que no se lo merecen todo, porque estoy cansada de tener que cargar con ese lastre y llevar el estigma de ese país a mis espaldas.

Elizabeth Rodríguez – Mujer, ingeniera, madre y esposa.