Un día 10 de diciembre de 2.013 alcé las alas buscando alcanzar el cielo, viajando a una nueva tierra dejando la que más quiero, sentado en un avión pensando que la vida se me va y en silencio pido una oportunidad, dejando lejos atrás a mi familia y a mi hija, pensando en una nueva tierra me reciba y me acobija, soñando comenzar de nuevo con nueva mentalidad y yo solo espero ganar y triunfar.
No fue fácil la llegada a un país muy hermoso pero diferente al mío, donde el pan no es el mismo y el café ni se diga, fueron quince días en un hotel pagando 70 dólares diarios, aparte las comidas, buscando negocio que comprar ya que la panadería que teníamos vista en frente de la universidad Latinoamericana en la vía España no se pudo negociar, nos fuimos a la provincia de Santiago y allí se pudo comprar una panadería en la calle segunda, fue un 20 de diciembre, desde allí comenzamos a luchar, trabajar duro desde tempranas horas de la madrugada hasta las diez u once de la noche, todos los días, allí pudimos comenzar desde cero poniendo nuestra firma y nuestros productos en la PANADERIA VENEPANA.
Muchos venezolanos llegaron tan solo ver el nombre y al ver la silla de caballo, las gorras el cuatro guindado en la pared, al escuchar la música llanera de fondo enseguida dijeron, esto tiene que ser de un venezolano, así fueron llegando paisanos a nuestra humilde panadería, sin saber que haríamos un excelente sitio de encuentro allí presentamos a venezolanos entre sí que estaban allí y no se conocían, somos como una familia y es hermoso ver cada cumpleaños que se celebra allí de algún hermano venezolano, compartimos y conversamos, y siempre estamos en contacto, al principio fue rudo, pasamos Navidad y Año Nuevo más solos que satanás cuando murió el Papa, pero hoy día estamos firmes de pie luchando por nuestras familias y por mejorar cada día más…..
Este es un país de muchas oportunidades y el venezolano es luchador, trabajador, emprendedor y valiente. Hay que trabajar luchar sin parar por nuestros hijos…… Siendo extranjero en estas tierras tengo el honor de ser miembro de la banda de los bomberos de Panamá en la provincia de Santiago como trombonista, una oportunidad que no desprecié por nada del mundo ya que mi profesión es la música; del resto cocinar, hacer pan, tortas o “key” como los llaman acá o dulces de cumpleaños, dulces fríos y todo lo que podamos ofrecer, ya que Venepana es panadería y restaurant.
Javier Castro
El autor es forista del grupo de Facebook “Inmigrantes en Panamá”
30 de noviembre de 2014Vivencias