"¿Preocupación por los refugiados venezolanos?", por Alfredo Limongi | YoEmigro.com

"¿Preocupación por los refugiados venezolanos?", por Alfredo Limongi

Por Alfredo Limongi – En fecha reciente, un corresponsal holandés del diario Telegraaf, entrevistó al menos a cuatro venezolanos residentes en Curaçao (entre ellos mi persona) y publicó un artículo en el citado diario. Fuente.
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El titular de la noticia es “Angst voor vloedgolf Venezolanen” (Temor en Curazao por posible ola de refugiados desde Venezuela) y me cita a mi como autor de la frase por lo que me veo obligado a ahondar en el tema.
Durante la charla con el periodista Edwin Timmer, al cual le agradezco su interés por la problemática venezolana, abordamos distintos temas: la naturaleza y cualidades de la inmigración venezolana, el inocultable aporte de los venezolanos a la isla, y la grave problemática de la Venezuela de hoy, la ha cual originado una situación migratoria a la que no estábamos acostumbrados.
También mencioné el trabajo que como ex-presidente de la Fundación Venex Curaçao he hecho para preparar la atención a una eventual ola de refugiados a la isla. Como parte de esa agenda -mencioné- la fundación Venex realizó encuentros con la Cruz Roja local, líderes de partidos políticos, miembros de la iglesia y medios de comunicación.
Estoy convencido de que los venezolanos en la actualidad estamos dejando de ser emigrantes de oportunidad para pasar a ser desplazados. Las condiciones de violencia, persecución, desabastecimiento e inflación de nuestro país deberían permitirnos un tratamiento distinto por parte de las autoridades migratorias de otros países.
En lo personal considero injusto que la comunidad regional no le haya prestado la suficiente atención (ni en el pasado ni ahora) a las muchísimas alarmas que se han encendido en el país en términos de violación de derechos humanos, persecución política, tolerancia al narcotráfico, encubrimiento de grupos irregulares, armamentismo desproporcionado, entre otras. Al contrario, el discurso chavista, aunado a la tremenda influencia económica, ha contado con la simpatía en unos casos, y la complicidad en otros, de numerosos gobiernos. Basta revisar el inexplicable comportamiento del gobierno holandés en el caso del “Pollo” Carvajal para entender por qué hemos llegado hasta aquí.
Venezuela es hoy un país problema -insisto- porque la comunidad internacional ha permitido que lo sea. Los venezolanos elegimos (más de lo que yo hubiese querido) a Hugo Chávez, pero no fuimos nosotros los que pusimos a un gobierno acusado y sancionado internacionalmente por violaciones a Derechos Humanos, como miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Hoy, luego de varios años de complicidad disfrazada en algunos casos de “neutralidad” por gobiernos del Caribe cercano, vemos una actitud hostil hacia el inmigrante venezolano que viene en busca de nuevas oportunidades.
En lo personal entiendo y respeto que cada país es libre de establecer y hacer cumplir sus normas de inmigración. Sin embargo, estoy seguro de que países como Curaçao (u Holanda como sede del reino) deberían estudiar con mayor amplitud los casos de inmigrantes venezolanos, en lugar de solo perseguir a quienes han llegado buscando salir de una situación en la que nadie los defiende.
¿Estoy preocupado por una ola de refugiados?
Claro que lo estoy. Me preocupa que las circunstancias del país se siguen agravando y no siento  suficientes voces de preocupación en la comunidad internacional para que, al menos, se frene la persecución de la disidencia o se pueda confiar completamente en una salida electoral.
Venezuela es un país rico en recursos naturales como petróleo, hierro, oro y bauxita. Tiene un potencial enorme en turismo, agricultura y ganadería. Tiene energía barata y mucha mano de obra calificada. Un simple cambio de gerencia debería hacer de nuestro país, un modelo regional como siempre lo habíamos sido. Un país receptor de inmigrantes y no generador de refugiados. Pero para que eso pase, se necesita que la comunidad internacional entienda que no puede mirar a otro lado cuando las democracias se deterioran. Eso no le conviene a nadie.
A mí me preocupa el problema de los refugiados venezolanos. ¿A ti no?