Testimonio: No extrañaba a mi país, extrañaba era a mi madre | YoEmigro.com

Testimonio: No extrañaba a mi país, extrañaba era a mi madre

Desde hace 10 años que me vine a España siempre sentía extrañar a mi país, y esa ganas de volver aunque solo fueran unas semanas era la motivación de cada día hasta llegar el momento más esperado, subirme en un avión con destino a mi tierra, donde estarían esperándome muchos de mis seres amados, los que podían ir o tenían un sitio disponible en el carro (sitio por el que se peleaban varios), en fin allí estaban siempre, mi papá, mi mamá, y el que hubiera ganado las batalla por el puesto.

Llegar feliz, con las maletas llenas de regalos a casa de mamá, donde ella me tenía preparada mi habitación con la mejor sabana (a veces a estrenar), con alguna sorpresa en la casa, con la comida que más me gustaba hecha por mis hermanas mientras ellos estaban buscándome a Caracas.

Subirme aquí en un avión para bajarme allí en Venezuela y repetir lo contando antes, no fue una vez, ni dos, fueron muchísimas, la verdad perdí la cuenta. Sólo sé, que al regresar a Madrid empezaba mi cuenta motivacional de nuevo hasta el próximo viaje.

Cuánto extrañaba mi país… (Creía)…

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Y llegó ese viaje, mi último y obligado viaje (después de esa vez no he vuelto), extraño verdad? Obligado cuando mi motivación principal siempre era que al volver de allí ya empezaría a planificar mi siguiente visita.

Pero claro algo era distinto.. en realidad más que algo.

Acababa de ser mamá y mi familia no conocía a mi niña (excepto mis padres que habían venido dos meses antes de ese último viaje), eso lo hacía especial, pero no tenía nada que ver con los viajes anteriores…

Algo era diferente… Esta vez mamá no estaría esperándome en el aeropuerto, ni arreglada en casa como lo hizo la única vez que no pudo ir a esperarme.. (fue un viaje de sorpresas), y como lo sospechó se puso más bella de lo que aún era y sin estar totalmente segura allí estaba esperándome. Pero esta vez no…

Al bajar del avión venía con mi nena en brazos, mi esposo, y equipaje cargado con cosas de bebé, por supuesto no faltaba la maleta de los regalos, pero tampoco faltó la maleta de las medicinas.. En esta ocasión mi pasaje de vuelta tenía una fecha cercana que sabía que dejaría pasar.

Algo era distinto… No! Algo no! Todo era distinto, y no por la escasez y la terrible situación de país, sino porque mamá no estaba en el aeropuerto esperándome, y tampoco estaba sentada en la sala de casa con el mejor de sus looks y su mejor sonrisa; ella si me esperaba, pero acostada en su cama.

Pasé casi 6 largos meses en casa de mamá, con mi nena y mi esposo (algo que hubiera sido un sueño maravilloso para mi en otra situación), pero esta vez ya nada era igual.

Las calles de mi Venezuela eran distintas aunque mis familiares me dijeran que allí no habían hecho cambios, el aire ya no era igual, el sol quemaba pero no arropaba, y la noche ya no era como la recordaba, ahora era sola, silenciosa y muy negra. (Curioso porque no hacía mucho más de un año que había estado allí..).

Ese fue mi último y obligado viaje a mí tierra amada, a la tierra que durante tantos años anhelaba volver y volvía feliz como niña pequeña. Pero esta vez ya no me gustó, y estando allí no sentía que extrañara nada de ese lugar que se volvió gris y extraño para mi.

Hoy, 2 años, dos meses y 5 días después de haberte perdido mamá, he comprendido que realmente el símbolo de mi país no era la bandera sino eras tú, que lo que tanto extrañaba de allí y mi familia lo centrabas tú.

He comprendido que si ya no puedes esperarme así sea acostada en tu cama, que sentido tiene agarrar un avión que me lleve allí, he comprendido muy tarde que mi motivo principal siempre fuiste tú, y lo que más me duele es no habértelo dicho antes porque ni yo misma lo había descubierto para poderlo decir.

Hoy no extraño Venezuela, extraño a mi familia y el olor de mi mar, pero el problema es que eso sin su presencia pierde sentido.
Hoy descubrí que no extrañaba a Venezuela todos estos años, sino que siempre a quien extrañaba era a ti mamá.

Pd. Familia los extraño y los amo, pero ahora soy yo quien los espera aquí con la habitación arreglada y la comida favorita de cada uno de ustedes.

Y recuerden: Amen infinitamente a sus madres.

Escrito por Ahimilec Castillo Ramirez

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