Testimonio: Díganme la verdad ¿Venezuela tiene esperanza?

Testimonio: Díganme la verdad ¿Venezuela tiene esperanza?

Todos los días cuando abro los ojos lo primero que pienso es en mi Venezuela, mi pedacito de país, mi amor eterno, suspiro y recuerdo cuánto te extraño, cuánto quisiera estar allá, respirando tu aire, sintiendo tu calor y viendo tu majestuoso Ávila desde la ventana de mi apartamento.

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Estoy en el extranjero por obligación, no porque quiera, emigramos por mi hijo, tengo un niño de 15 años que quiere salir, estar en la calle con sus amigos como todos a esa edad y luego de dos intentos de secuestro y de ver la mortandad no podíamos arriesgarnos, la única razón por la que estamos aquí pasando trabajo y necesidad es por él.

En Venezuela teníamos todo, nuestro apartamento, nuestros carros, el negocio y nos iba bien, éramos felices a pesar de todo, aquí no se puede, todo es muy lindo, muy bello, las cosas funcionan, la luz no se va, pero no sé, no me veo aquí, no me siento a gusto, aquí la gente es rara, esto es hermoso para venir unos días de vacaciones y ya, pero para vivir, no es lo mío, me hace falta mi gente.

Por eso les pregunto ¿de verdad Venezuela tiene esperanza? ¿es posible esperar un cambio en el corto o mediano plazo? Es que no quiero hacerme ilusiones en vano, porque vivir como estoy viviendo no es vida, me siento como un zombi, como perro sin dueño, como un ánima que está vagando de un sitio a otro sin rumbo y sin propósito, porque mi mente está enfocada en mi país, en mi patria, en mi Venezuela, en mi Caracas.

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Entonces díganme ¿me olvido de Venezuela o sigo soñando con volver? Porque me cuesta demasiado creer que nuestro país se perdió que no lo recuperaremos más nunca y que se quedó en manos de estos desgraciados comunistas.

Yo quiero que mi hijo crezca en su país, rodeado de venezolanos y no aquí, con una gente que no conoce nada de nosotros, que habla distinto y que ve el mundo de una forma diferente. Está aquí por su seguridad, porque quiero que siga vivo, que no me lo maten regresando del cine o de una fiesta, pero ya hasta habla con un acento raro y usa palabras desconocidas para mí.

¿Me adapto a esto o sigo soñando con volver a mi país? Díganme por favor, espero sus comentarios, porque estoy sufriendo demasiado y no sé qué hacer. Mi esposo me dice que Venezuela no tiene salvación, pero me niego a creerle, la esperanza es lo último que se pierde, pero mi esperanza duele como mil clavos en el pecho, no sé qué hacer, díganme por favor.

Autor: Luisa Elena Malavé

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