Este artículo puede parecer orientado al maltrato animal, pero nada más lejos de la realidad, se trata más bien de una analogía a una situación que está sucediendo justo en el momento que escribo este texto; lo hago sentado en un bar a la orilla de Playa El Agua y en la mesa del al lado se encuentra una pareja con un perrito poodle negro que está ladrando con un galillo insoportable que me taladra los oídos cada vez que lo hace; lo cómico es que puedo escuchar a la señora que está en la otra mesa con cara de dolor diciéndole a su acompañante “¿no hay quien patee ese perro?”, y eso me inspiró a escribir este texto.
Mi pobre Margarita está destruida, acá no llega la comida, el agua aparece de vez en cuando y la luz cuando le provoca, lo que si hay en exceso, mucho más de lo que quisiéramos es la inseguridad y la destrucción sistemática de todo lo que nos rodea, comenzando por nuestra calidad de vida y nuestra tranquilidad.
Lo que me produce más frustración es ver a los alcaldes de oposición colocar publicidad y andar haciendo cosas como si viviéramos en un país normal, es como si ellos estuvieran en una realidad paralela y nunca hubieran oído hablar de la pirámide de Maslow; sí, esa en la que se explica que el ser humano tiene diferentes niveles de necesidades y que no puede satisfacer uno de ellos hasta haberlo hecho en el anterior; esos niveles van desde las necesidades básicas como alimentación, sueño o abrigo en el más bajo hasta realización personal y trascendencia espiritual e histórica en el más alto.
Mi país no necesita que los políticos se hagan los locos y se enfoquen en jornadas de teatro infantil mientras las madres están haciendo colas para comprar comida o zanqueando de farmacia en farmacia para conseguir un antigripal, lo que necesitamos es que por fin se pongan de acuerdo y decidan lograr el cambio de una vez por todas y sin más mangüereos.
Suscríbete a nuestro canal de Telegram "Inmigrantes en Madrid" para que estés al día con toda la información sobre Madrid y España, ofertas de empleo y más
Es hora de que alguien patee ese perro, definitivamente es el momento de que los políticos de oposición hagan lo que tienen 18 años diciendo que van a hacer, que es agarrar el toro por los cuernos y echarle bolas a lo que haya que echarle bolas, porque sinceramente parece que lo único que buscan en la vida es tener una alcaldía o una gobernación, pero a la hora de la verdad el país no les importa.
He visto con optimismo en los últimos días que ahora por fin parece que sí, que esta vez sí van en serio, pero aún me cuesta creerlo, espero de corazón estar equivocado, porque parece mentira que en un país con la crisis económica y social más terrible de su historia no exista nadie con los guáramos suficientes para lograr el cambio que necesitamos.
Mucha gente dice que el gobierno está caído, que ya no aguanta más, pero eso lo vengo escuchando desde hace muchos años y siempre ha resultado que no es así, que al final el gobierno sale ganando y continúa montado en el poder.
Es injusto para la población que los políticos lo que hagan es hablar tonterías a través de Twitter o inmolarse en la cárcel para ser mártires o mandar a la gente a drenar su rabia escuchando salsa y tocando cacerolas; esos no son políticos de verdad, son simples cobardes incapaces de actuar, porque lo que hacen es manipularnos y engañarnos por lo que nos hacen creer que en realidad están con el gobierno y a mí, mientras no me demuestren lo contrario, sigo desconfiando de ellos.
Mientras tanto, seguiremos marchando, protestando y los políticos disfrutando mientras esperamos que, por fin, alguien patee ese perro.
