Cantante callejera pone voz a la diáspora venezolana | YoEmigro.com

Cantante callejera pone voz a la diáspora venezolana

Un año atrás la migrante venezolana Reymar Perdomo cantaba a cambio de unas monedas en autobuses abarrotados, luchando por llegar a fin de mes mientras construía una nueva vida en la capital de Perú.

Pero su vida dio un giro inesperado cuando escribió una sentida canción de reggae sobre su partida de Venezuela que se hizo viral en internet y que ha arrancado lágrimas a cientos de integrantes de la diáspora venezolana que se ha extendido por todo el mundo. Ahora, Perdomo combina sus actuaciones en la calle con apariciones en conciertos y programas de televisión y su canción se ha convertido en el himno no oficial de los venezolanos que huyeron de la crisis en su país.

“Esta canción me eriza”, dijo Junior Barrios, un migrante venezolano que recientemente escuchó a Perdomo interpretar “Me Fui” en una concurrida plaza en Lima. “Tener que salir de tu país por culpa de un gobierno que no supo hacer las cosas es difícil”.

Según la Organización Internacional para las Migraciones, más de tres millones de venezolanos se han ido del país desde 2015 ante el aumento de la escasez de alimentos y la hiperinflación en la que fuera una rica nación exportadora de petróleo. Para fines de 2019 se espera que la cifra aumente al menos a 5,4 millones de personas.

En “Me Fui” Perdomo relata cómo se marchó de Venezuela con la “cabeza llena de dudas”, presionada por su madre, quien insistía en que no había otra forma de que hiciese algo con su vida.

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La canción, que la artista de 30 años toca con un ukelele luego de que su guitarra se rompió mientras se bajaba de un autobús, habla de su difícil viaje por cuatro países hasta llegar a Perú, un trayecto en el que le robaron su equipaje y que hizo “hablando poco y llorando bajito”.

“Tenía muchos sentimiento encontrados de dolor por haber dejado Venezuela. Y necesitaba drenarlos para poder avanzar”, señaló Perdomo en una entrevista tras tocar en las calles del adinerado distrito de Miraflores en Lima.

Su nostálgica canción tuvo más de dos millones de visitas en YouTube gracias a un transeúnte que la grabó cantando y subió el video a internet. También llamó la atención de emisoras de radios y televisión, lo que ayudó a que reconocidos artistas pop sudamericanos la conozcan y le pidieran que actúe antes de sus conciertos. Además, ha producido un videoclip más elaborado que acumula más de 1,2 millón de visitas.

En diciembre Perdomo fue invitada a Colombia por un popular cómico y youtuber que la hizo cantar en un autobús y la sorprendió con la visita de los cantantes Carlos Vives, ganador de varios Latin Grammy, y Andrés Cepeda.

Perdomo dijo que casi se desmaya cuando Vives, que llevaba un sombrero y un bigote falso, se quitó el disfraz y empezó a cantar el coro de su reggae.

“Eso sucedió justo un año después de que salí de Venezuela”, recordó. “Y estar ahí, cantando junto a uno de mis cantantes favoritos, fue definitivamente la prueba más grande de que hay un Dios que existe”.

En Venezuela, Perdomo trabajaba como profesora de música en una escuela pública en el estado rural de Guárico y había participado en un concurso de talentos en televisión. Aunque sostiene que nunca votó por el presidente socialista Nicolás Maduro, como empleada pública se le pidió cantar en mítines progubernamentales, algo que algunos críticos le han reprochado en internet.

Pese a haberse convertido en un símbolo del éxodo venezolano, sigue teniendo problemas para salir adelante.

Su madre, su hermano, su cuñada y su sobrino de un año están con ella en Perú, donde comparten un pequeño departamento de alquiler en un sector popular de Lima. Solo el hermano de Perdomo ha encontrado un empleo estable como guardia de seguridad en un club nocturno, por lo que ella trabaja largas jornadas para ayudar a mantener a su familia.

Sin embargo, su fama en las redes sociales le está abriendo nuevas puertas.

Perdomo dijo que Vives la invitó a actuar de forma regular en su club nocturno en Bogotá y que está hablando con organizaciones en Colombia sobre la posibilidad de grabar un disco centrado en la difícil situación de los migrantes.

Estas oportunidades le hacen pensar en una nueva mudanza, esta vez a la capital colombiana.

“Ha sido un año difícil pero también ha sido un año maravilloso”, manifestó Perdomo. “Creo que no necesitas dinero para poder ayudar y hacer lo que quieres. Sencillamente basta con creer en ti y tener ganas de hacer las cosas”.

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