Colombia abre con recelo sus puertas al inmigrante venezolano

Colombia abre con recelo sus puertas al inmigrante venezolano

En Medellín, Bogotá y Cúcuta consideran a los»chamos? alegres y trabajadores. Pero algunos emigrantes venezolanos aún sienten resistencias y rechazos. El gobierno neogranadino busca implementar medidas que faciliten su inserción y prevengan la xenofobia.

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Mario Cárdenas no tenía idea de cómo sería trabajar con un venezolano. Es librero y en una búsqueda de publicaciones venezolanas terminó conociendo a un caraqueño, Rodnei Casares, quien hoy vive en Medellín y que se ha convertido en un amigo cercano.»Es extraño porque hay un total desconocimiento sobre lo que es un venezolano para un colombiano?, dice.

A pesar de compartir la lengua, las arepas y los 2 mil 219 kilómetros de frontera, Mario conocía muy poco de la cultura venezolana más allá de lo que muestran los medios, y considera que el reciente fenómeno migratorio será la oportunidad para que Colombia se abra a la migración.»Ha sido muy satisfactorio, porque históricamente hemos sido muy cerrados a los migrantes y la única forma de tener contacto con otras nacionalidades ha sido no tanto recibiendo, sino migrando a otros países».

Migración Colombia estima que en los últimos años han ingresado entre 300 mil y 340 mil venezolanos y colombianos al país con vocación de permanencia, es decir, para quedarse; así que la experiencia de Mario probablemente se repetirá cientos de veces más a lo largo del territorio. Y aunque las autoridades han negado que el éxodo sea masivo, el director de la institución, Christian Krüger, reconoce que es la nacionalidad que domina entre los extranjeros que viven en el territorio y la oleada más numerosa. El acento se empieza a sentir en el Transmilenio, en las oficinas y entre la oferta de areperas (areperías) que hay en Bogotá. El fenómeno se considera una reacción a la escasez de alimentos y medicinas, y a la crisis política que hay en el país de la revolución bolivariana.

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Los»chamos? (como conocen a los venezolanos en Colombia) ciertamente cargan con el peso de ser el primer flujo migratorio que recibe el país cafetalero. Un artículo del historiador colombiano Hermes Tovar Pinzón en la revista número 3 de Les Cahiers del año 2001  afirma que el territorio no ha sido receptor de grandes corrientes migratorias,»los flujos que han llegado después de la Independencia han sido muy pequeños, lo suficiente como para crear unas colonias que apenas han permeado localidades pero no la sociedad ni la economía nacional» Señala que Colombia nada tuvo que ver con los movimientos que llegaron a Sudamérica y a las Antillas a finales del siglo XIX y principios del XX y que»los intentos de Bolívar y de la recién fundada República de remozar la economía y la sociedad con inmigrantes europeos y americanos, fracasaron».

Es por ello que en sus viajes a otros países de Sudamérica, Mario notó una gran presencia de italianos y españoles que en Colombia nunca advirtió, y ahora valora poder intercambiar comidas y comer empanadas venezolanas. Sobre la cercanía con la cultura vecina, apunta diferencias en la idiosincrasia:»Son más de frente, no se guardan nada y van diciendo las cosas. Nosotros somos más diplomáticos» Al mismo tiempo observa que la condición de migrante de Rodnei no le permite conocerlo a plenitud, ya que nota que en discusiones políticas trata de mantenerse al margen»porque está en desventaja? al ser el outsider , el extranjero.

En cuanto a la parte profesional, Darío Contreras, desde Bogotá, considera que los venezolanos tienen un perfil muy alto, con experiencia y estudios avanzados, y que trabajar con ellos le ha brindado otra visión:»Trabajar en un medio digital (con venezolanos) me ha ayudado a informar de una manera mas clara» Ha aprendido las diferencias que hay en el lenguaje:»No sabía que se le decía guaro a la gente de Barquisimeto, y aquí eso es aguardiente. El «mamagüevo?, sé que es la grosería más grande que hay, y una de mis compañeras la dice mucho y ya es normal. Tiene el mismo significado pero no la utilizamos».

Rubén Avedaño coincide: «Tienen un perfil muy bueno, y he trabajado bien con ellos» Tampoco cree en los prejuicios que aseguran que los “venecos” son flojos o que le quitarán empleos a los nacionales. «Siempre hay gente que señala. Yo digo que si uno no tiene las competencia para competir con alguien es que está haciendo mal su trabajo» Ha recibido el éxodo de venezolanos con buena actitud, pero cree que el tema es mucho más complejo porque le preocupa la competitividad laboral que hay en el país, y el hecho de que no hay suficiente salud y educación»ni pa? los colombianos» Sin embargo, no cree que la solución sea señalarlos o victimizar a los que reciben.

Contra la xenofobia

La experiencia que han tenido los venezolanos no dista mucho de lo que piensan sus vecinos. Luis Jiménez llegó hace dos años a Medellín de visita y apenas en pocos días consiguió trabajo.»Hasta ahora, excelente. No he sentido xenofobia. Los taxistas me decían»dígale (a otros venezolanos) que se vengan para acá, que aquí está muy bueno» En Medellín han sido súper amables».

Más cerca de la frontera con Venezuela, en Cúcuta, Leidy no está de acuerdo con los estereotipos que ella escucha sobre los venezolanos,»que son flojos, que son peleones» Ella decidió emplear a dos en su estacionamiento: un muchacho de 22 años que se encarga de atenderle el negocio, y una chica de 26 que atiende la cafetería del establecimiento.»Hay gente que dice que son flojos, que no les gusta trabajar, pero la verdad no puedo decir lo mismo. Yo pensaba eso, pero aquí en Colombia también hay gente floja. Ellos son muy trabajadores y responsables».

Reconoce que hay prejuicios, y que»hay demasiados venezolanos? en la ciudad. Hace poco fue atracada por uno, que luego fue capturado y se informó que venía del país en crisis.»La gente está a la defensiva y dice que no quieren más» Siente que la inseguridad ha aumentado y las autoridades la apoyan. La Procuraduría Regional indicó que en enero del 2016 capturaron a 12 venezolanos, mientras que en el mismo mes del 2017 fueron 56.

Marisol se guarda su nombre real para develar que emigró a Valledupar desde Maracaibo, pero al llegar se sintió discriminada. En el departamento del Cesar, cercano al estado Zulia, la recibieron unos amigos de su familia para darle hospedaje mientras encontraba trabajo. Ella tiene la doble nacionalidad, y no pensó que sería difícil conseguir empleo. No obstante, cuenta que en las entrevistas miraban su cédula y le preguntaban si había nacido en Venezuela. «Yo veía que la cara les cambiaba,»ah bueno, te llamaremos? me decían» Luego de seis meses de intentos fracasados, decidió devolverse a Venezuela.

Julián Rojas también siente que es evaluado como venezolano, como extranjero, y luego como profesional. Vive en Medellín y en diciembre se presentó a ocho entrevistas para el cargo de docente. Siempre pasó a la segunda fase, pero nunca lo eligieron, a pesar de que reconocieron sus calificaciones para el puesto y acotaron que su inglés era perfecto para los cargos bilingües a los que se estaba postulando. Su país de origen»tuvo bastante que ver, me da la impresión».

Antes de irse para Argentina, Yeniver Aponte también intentó insertarse entre los colombianos. Vivió dos años en Bogotá con la visa Mercosur antes de que Colombia eliminara la opción para los venezolanos, y cuenta que en general le fue bien, pero sintió rechazo en el tiempo que el presidente Nicolás Maduro decidió deportar a colombianos por la frontera.

«Había compañeros que creían que era jocoso decirme que me iban a deportar por ser venezolana. Incluso los jefes comenzaron a tratarme distinto. Me llené de ira y tristeza, porque mis supervisores cambiaron y comenzaron a presionarme para que renunciara. Así que eso hice. Estuve cuatro meses sin trabajo. Muchos colombianos estaban dolidos, pero no había sido yo la que había botado a tanta gente de forma inhumana. Yo ni siquiera voté por Maduro». Agrega que durante su estadía también escuchó decir en sus otros trabajos que los venezolanos llegaron para quitarle el trabajo a los colombianos. «Aunque también escuché cosas positivas, como»los venezolanos son trabajadores. Vienen a echarle bolas» Estaban las dos caras».

Las autoridades están al tanto de los prejuicios y de la preocupación de algunos colombianos por que los vecinos les quiten el trabajo. Ante esto la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) hizo hincapié en una rueda de prensa el 11 de julio, en la necesidad de desarrollar políticas públicas que prevengan la xenofobia y que ayuden a la integración de las personas.»Vale recordar también la solidaridad de la que ha gozado Colombia frente a sus connacionales en distintos países como producto de la migración que se dio» En la misma línea, el defensor del pueblo colombiano, Carlos Negret, señaló que se debe combatir con cultura y educación.»Yo creo que no importa si uno es venezolano o peruano, lo importante es que uno haga el trabajo y que le paguen lo justo, y desde la Cancillería y los ministerios hay que hacer una campaña para hacer respetar al venezolano, que no viene aquí a nada distinto sino a trabajar?, suscribió el funcionario.

Sin dinero pero con Permiso

El defensor Carlos Negret comparte la preocupación sobre las limitaciones del sistema de su país para absorber una llegada masiva de extranjeros, los recursos finitos. En una entrevista que dio al canal NTN24 la última semana de julio, indicó que todos los días ingresan por la frontera entre 25 mil y 30 mil venezolanos, y que solo 10% de esa cantidad se queda en el territorio,»pero sigue siendo preocupante porque no tenemos la infraestructura para atender el derecho a la salud y a la vivienda de todos los venezolanos que quieran venir».

Explicó que se ha reunido con la canciller colombiana María Ángela Holguín y el embajador de Colombia en Venezuela, Ricardo Lozano, para diseñar una ruta en caso de que se produzca una llegada masiva de venezolanos y de colombianos que regresen. En un viaje a Ginebra, habló con el Alto Comisionado de los Derechos Humanos y le planteó la situación con Venezuela para pedir ayuda.»Le llamamos la atención a todos los organismos en Europa para que esa cooperación internacional llegue, es la única posibilidad que tenemos».

Sin embargo, a pesar de la falta de recursos, Migración Colombia anunció el 28 de julio que les daría un Permiso Especial de Permanencia a los venezolanos que hayan estado en territorio colombiano al momento de la publicación de la resolución. Un documento que permite trabajar y acceder a la seguridad social a aquellos ciudadanos que no tengan antecedentes penales, medidas de expulsión, y que hayan entrado por un puesto de control migratorio.

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Tendrá una vigencia de 90 días, prorrogables hasta 2 años a partir del 3 de agosto, día en que se habilitó el trámite en la página web. Krüger explicó que se busca regularizar la situación de más de 150 mil venezolanos.

Tomado de LeaNoticias.com