Cómo salir a divertirse en Río de Janeiro sin gastar mucho dinero

Cómo salir a divertirse en Río de Janeiro sin gastar mucho dinero

La “ciudad de la dulce locura”, así conoce mucha gente a Río de Janeiro, la zona más vibrante e internacionalmente famosa de todo Brasil. Río es sin duda ese sitio que muchos tienen en sus agendas escrito como un pendiente por conocer en la vida. Es sinónimo de fiesta, alegría y mucho baile. Además, su carnaval despierta la emoción hasta en el ser humano más escéptico.

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Cómo salir a divertirse en Río de Janeiro sin gastar mucho dinero

Visitar Río de Janeiro demanda algo de organización en cuanto al tema de las reservaciones de hoteles o posadas, y el ahorro de un dinero que sirva de aliciente para celebrar al máximo la estadía. Sin embargo, el hecho es que no es una tarea titánica o de temporada; Río posee un excelente clima tropical que brinda un sol radiante casi los 365 días del año. La época de lluvia no es extendida, y los nubarrones pasan rápido, así como cae el agua, escampa. Por otro lado, su puesto como destino turístico favorito a escala global la hace ser una ciudad con muchas ofertas de hospedaje y un sinnúmero de opciones para disfrutar los días en que en ella se esté.

Obviamente no podemos ir sin un Dólar o Real (moneda oficial de Brasil); pero tampoco se necesita ser un multimillonario, a menos que tu deseo sea estar alojado en un hotel cinco estrellas en Copacabana, recorriendo la Avenidas Atlántica y Princesa Isabel en un Porsche o BMW. Si se trata de celebrar a bajo costo, pero con mucha diversión, hay demasiadas opciones que pueden ayudar, entre ellas:

La playa: es la vida de Río de Janeiro, no se concibe estar allá y no visitarla. Además es casi imposible que ni siquiera se vean, pues, casi todo gira alrededor de la costa. Zambullirse en el mar y lucir el traje de baño en la orilla es el máximo disfrute en Río, una experiencia sensorial que difícilmente la consigas en otro lado del planeta; quizás en Miconos en Grecia, o en la Costa Azul de Francia en verano. Aunque las playas de Río son algo frías, o templadas, la muchedumbre es encantada por el ambiente festivo que la rodea; un espacio donde no hay lugar a las divisiones de clases ni de sexo, ahí todos por igual convergen para “gozar” la vida. Para ello no se necesita una fortuna, sólo unos cuantos dólares, no más de 10 se irán en un buen día de sol, para tomar unas caipiriñas, cervezas y comer un bocado para calmar el hambre en las barracas (comercios ambulantes) instaladas para ese fin.

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Si la “rumba” es lo que llama: en Copacabana, Ipanema, o Barra de Tijuca, tres de las mejores playas de Río, siempre están presentado al aire libre fiestas organizadas por los trabajadores de la zona, hoteles o simplemente grupos que desean pasarla bien. A diferencia de los grandes locales, estas fiestas ofrecen bebidas a menor costo, buena música y de compañía el mar. Tampoco es necesario un vestuario de gala para entrar; y se puede bailar por lo general hasta el amanecer.

Oferta gastronómica envidiable: En Río de Janeiro se puede degustar de la mejor comida internacional posible. Posee un sinfín de restaurantes que van desde los más lujosos, hasta los más económicos, pero éstos últimos no significa que presten un mal servicio por sus precios bajos, al contrario, muchos de ellos son considerados “autóctonos”, siendo una parada obligatoria al momento de divertirse. Si la apetencia es salir a comer, entonces la recomendación es encontrar un sitio entre tantos, y no dejar de pedir la exquisita “feijoada”, un plato compuesto por frijoles negros, cerdo, tocino, chorizo, y que se acompaña de arroz blanco o farofa (harina de mandioca tostada). Los churrascos de carne también son una excelente opción, y a costos accesibles.

Los cariocas son muy joviales, y aman estar en la calle pasando su día, la gran mayoría lo hace en los llamados “botecos”, especies de bares abiertos a la calle, en donde la gente se reúne para departir en familia o con amigos luego del trabajo; ahí se pueden tomar una cerveza junto a un “salgadinho” (aperitivo o “tapa” frito). En estos sitios las personas se pueden animar sin gastar mucho dinero.

Si se visita Río de Janeiro durante la temporada de carnaval, las variables para celebrar se vuelven casi infinitas. El sistema turístico de ésta ciudad realmente se “destapa” en esos días, brindan cientos de shows públicos para bailar y compartir de manera gratuita. Y si se torna complicado conseguir una entrada al Sambódromo para observar el desfile tradicional en la Gran Avenida, no hay porqué preocuparse, pues, muchas de las Escuelas de Samba se pasean por las calles de Río montando sus espectáculos, haciendo que la fiesta sea más imponente. Mientras que el gobierno y a la empresa privada local se organizan para presentar muchas distracciones al aire libre.

Seguramente al leer estos datos se despierta esas ganas de salir corriendo a comprar el boleto de avión directo a Río, es una excelente idea, pero la recomendación es siempre hacerlo con moderación y cautela.

¿Conoces Río de Janeiro? Si tienes algún consejo para disfrutar al máximo esta vibrante urbe carioca sin gastar mucho dinero, déjanos tus comentarios.

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