Emigrar o quedarse en el “mejor país del mundo”: El dilema de los jóvenes venezolanos

Emigrar o quedarse en el “mejor país del mundo”: El dilema de los jóvenes venezolanos

De acuerdo con el más reciente informe emitido por el Departamento de Migraciones de la Universidad Simón Bolívar (USB), 88% de los jóvenes que ya son profesionales desean emigrar del país, lo que representa un notable incremento con respecto a la misma encuesta realizada en el año 2013 por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la cual reveló entonces que 77% de la población adulto-joven profesional, tenía entre sus planes emigrar a otra nación. Publicado en El Cooperante por Pierangela Morillo.

Para quienes se marchan, ya sea para agregar títulos académicos a su currículo o para desenvolverse profesionalmente, las posibilidades de superación en ambos ámbitos son ilimitadas, y aunque no todo es de color rosa, los que deciden emprender hacia un nuevo destino, optan por establecerse, a pesar de las adversidades.

Los que se fueron

Tal es el caso de Isaac Mujica, un joven de 23 años, que partió a finales de 2015 en busca de un futuro prometedor. Su primera parada fue la ciudad de Miami, Florida, en los Estados Unidos, un destino que no ofrece demasiadas oportunidades para quienes emigran desde países latinos. De acuerdo con su experiencia, Isaac estuvo en el país norteamericano por tres meses, desempleado por dos, hasta que finalmente, logró conseguir trabajo en el área de la construcción, la cual era bien pagada, sin embargo, bastante agotadora. “Trabajaba alrededor de 10 horas durante el día y recibía buena paga, como 1500 dólares al mes, lo que me alcanzaba para costear los servicios, la renta y la comida, y además me quedaban 500 dólares para ahorrar”, aseguró el joven, quien luego de tres meses, decidió probar suerte nuevamente en su tierra natal, puesto que “no quería permanecer ilegalmente en Estados Unidos”.

Sin embargo, su estadía en Venezuela duró menos de lo pensaba, ya que al llegar se dio cuenta, nuevamente, de que “la situación país te tranca muchas puertas”, por lo que en tan solo nueve meses Isaac emprendió nuevamente un plan de escape y esta vez, para un país latino y que según él, ofrece más facilidades a la hora de encontrar un empleo. Ahora, residenciado en Chile desde hace seis meses, este joven venezolano que hace pocas semanas recibió su titulación académica como programador web, solo ha conseguido trabajo como lavavajillas en los restaurantes de Santiago, un trabajo que aunque no es el mejor remunerado, le alcanza para cubrir el pago de la renta de una habitación, los servicios, la cesta básica, incluyendo ropa, y también para ahorrar una parte.

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“Si viviera solo en un departamento no me alcanzaría el dinero, más bien me faltaría. Por eso acá se vive mucho compartiendo departamentos, para compartir gastos y que te quede algo para ahorrar”, manifestó y añadió que, aunque es mucho más fácil encontrar trabajos de bajo perfil en el país sureño, cuando se trata de trabajos para ejercer una profesión, es mucho más difícil. “Tengo seis meses aquí y no he conseguido nada en lo que pueda ejercer, pero seguiré postulándome en lo que me gusta a ver si quedo”, dijo.

Los que se quieren ir

Mientras Isaac intenta cumplir sus sueños en una nueva tierra, Eduardo Peñaloza, un joven de 25 años, también graduado de programador web, sufre las penurias del desempleo en Venezuela. Debido a la dificultad de conseguir un trabajo que compense salarialmente sus conocimientos y su profesionalismo, Eduardo se ha visto obligado a trabajar por sueldos muy bajos, con el fin de obtener experiencia curricular, sin embargo, con cada nuevo empleo, sus esperanzas de conseguir una mejor alternativa, se esfuman.

“Ahorita estoy esperando respuesta de una entrevista, y espero que me contraten, porque finalmente me están ofreciendo un sueldo acorde a mi profesión y que además me alcanzaría para contribuir en mi casa”, apuntó el joven, quien agregó que en empleos anteriores, el pago, por lo general, era “un poquito más de sueldo mínimo”, y apenas le alcanzaba para cubrir el pasaje y aportar “lo que podía” para comprar comida en su casa.

Eduardo no vive solo, cuenta con el apoyo de sus padres, quienes, en momentos como este, en los que se encuentra desempleado, lo apoyan, sin embargo, esta no es la vida que cree merecer a sus 25 años. “Aquí no hay demasiadas oportunidades buenas. Hay que ser muy persistente para conseguir algo que realmente te retribuya tu esfuerzo y lo que has invertido en tus estudios, no solo monetariamente, sino también los sacrificios personales”, comentó, y señaló que si la compañía por la que espera respuesta, no lo contrata, emigrará a Argentina, en donde unos amigos lo esperan.

“Me quiero ir, pero no tengo los recursos”

También existen los casos como el de Fabiola Díaz, una publicista de profesión que con 26 años no ha logrado calar en su carrera, y que ante la desesperanza de construir un mejor futuro en su país, creyó conveniente irse a otra nación a probar suerte, sin embargo, para esta joven venezolana decidir que quería marcharse fue lo único que se le hizo fácil. Según Fabiola, “es muy difícil reunir para un pasaje cuando lo que ganas, apenas te alcanza para vivir aquí. Yo no cuento con otro apoyo económico, más bien contribuyo económicamente con mi familia en lo que puedo y cada vez todo es más caro y más inalcanzable para mí”.

Aunque no es la única de su círculo que aún no ha podido emigrar, sí es una de las pocas que sigue viviendo en Venezuela. “Casi todos mis amigos se han ido, también compañeros con los que estudié, y aunque no les ha ido tan bien en principio, han podido estabilizarse y vivir una vida digna. No hacen colas para comprar comida, comen lo que quieren, viven cómodamente, y algunos hasta han podido estudiar otra carrera”, dijo.

¿Y los que deciden quedarse?

Los altos índices de violencia que se incrementan cada año y la crisis económica en la que se encuentra sumida el país, son los principales factores que obligan a los jóvenes venezolanos a despedirse de la tierra que los vio nacer, sin embargo, existe un 22% que no ve como alternativa irse del país, a pesar de que las oportunidades de que se presentan no son las mismas que en el extranjero.

Este es el caso de Carla Martínez, una joven de 28 años, profesional en administración de empresas y hablante del idioma inglés. De acuerdo con la experiencia de Carla, quien ahora trabaja para una compañía nacional, aunque son muchos los factores que la impulsan a irse del país, confía en que todavía hay buenas oportunidades para quienes se quedan. En su caso, comparte los gastos del hogar con su novio, con quien vive desde hace tres años, y aunque no le alcanza para ahorrar e irse de viaje anualmente, como hacía hace 6 años, apuesta por quedarse en Venezuela, puesto que a su juicio, si se va al extranjero, no podrá ejercer su carrera y “tendré que retroceder a aquellos tiempos, cuando era estudiante, que no me importaba trabajar como promotora en un restaurante”.                                            

Según Carla, aunque quedarse “es someterse diariamente a la inseguridad y a la imposibilidad de comprarme un carro y menos un apartamento”, cree que “si todos decidimos irnos, entonces no quedará quienes ayuden a sostener el país, ni siquiera, mantenerlo como está, y tampoco puedo simplemente desprenderme de eso”. Asimismo, admitió que la situación financiera le resulta complicada, pero no quiere irse a otro país en el que “sea una extranjera que tenga que rogar por un trabajo”, situación que aseguró, han vivido algunos amigos que decidieron marcharse.

Alternativas para los que se quedan

Por otra parte, las opciones de empleo, de acuerdo con diversas páginas online que ofrecen los servicios de postulación laboral, son extensas, aunque no ofrecen mayores beneficios o altos sueldos, sí exigen a quienes desean adquirir el trabajo, suficiente experiencia, obtener un título de licenciatura o técnico superior, e incluso, el manejo de varios idiomas, características por las cuales, en otros países, se ofrece un salario alto, sin embargo, no es el caso en Venezuela.

Aunque las propuestas no se ven muy alentadoras,  existen otras páginas, las cuales están especializadas en ofertar empleos de modalidad freelance o remota, que son remunerados, generalmente, en dólares. Las mismas, ofrecen labores para ejercer en diversos ámbitos, tal como la redacción periodística, el diseño gráfico y web, marketing, finanzas, ingeniería, entre otras, siendo esta, una alternativa para quienes, a pesar de las circunstancias, aún apuestan a quedarse en Venezuela.