España: Golpe de knockout para Rajoy tras una renuncia en el PP | YoEmigro.com

España: Golpe de knockout para Rajoy tras una renuncia en el PP

El plan del presidente Mariano Rajoy para aferrarse al poder en España sufrió este fin de semana otro durísimo golpe al estallar una crisis política indisimulable en el Partido Popular (PP) como consecuencia de la avalancha de casos de corrupción protagonizados por dirigentes de primera línea. Así lo reseña LaNación.com.ar:
mariano rajoy y el partido popular
La fragilidad de la fuerza más votada en las elecciones del 20 de diciembre quedó expuesta con la sorpresiva e incendiaria renuncia de Esperanza Aguirre a la jefatura del PP de Madrid, tres días después de que la Guardia Civil allanó su sede en busca de pruebas de presunta financiación ilegal.
«La corrupción nos está matando. Lo que pasó me lleva a asumir mi responsabilidad política: tendría que haber vigilado mejor», dijo Aguirre, una figura central de la política española en los últimos 20 años. Sus palabras interpelan el liderazgo de Rajoy, que presencia sin perturbarse la infinidad de investigaciones que minan el prestigio del partido.
Aguirre está entre los pocos dirigentes del PP que se animan a desafiar en público a Rajoy -a quien intentó desbancar en el pasado-. Ayer le apuntó a la frente al anunciar su dimisión en una conferencia de prensa improvisada a la hora del almuerzo dominical. Le preguntaron si el presidente debería también dar un paso al costado. Respondió: «Él sabrá lo que tiene que hacer. Éste no es el tiempo de los personalismos, sino de los sacrificios y las cesiones».
Rajoy atraviesa un 2016 traumático después de haber sufrido una sangría de votos en las elecciones generales de fin de año. Salió primero, con 29%, pero perdió la mayoría absoluta y quedó obligado a buscar aliados para seguir en la Moncloa. Huérfano de apoyos, en enero tomó la decisión sin precedente de declinar el encargo que le hizo el rey Felipe VI para que formara gobierno. Prefirió cederle el turno al socialista Pedro Sánchez, que negocia ahora de izquierda a derecha en pos de un complicadísimo acuerdo que le permita sumar una mayoría parlamentaria y destrabar el bloqueo institucional. Rajoy apuesta a que fracase y, entonces sí, probar suerte él, como anunció en un acto partidista anteayer. En última instancia prevé forzar unas nuevas elecciones, en las que asegura que será candidato.
La jugada de Aguirre constituye un fenomenal obstáculo en esa hoja de ruta. Por un lado, exterioriza la presión interna para que Rajoy asuma responsabilidades y se abra a una renovación del PP. Por otro, termina de quitarle al presidente cualquier opción de sumar aliados para una hipotética investidura en caso de que Sánchez no logre su objetivo.
La última semana resultó un drama para el PP. No sólo vivió el allanamiento de su filial madrileña -en el mismo edificio donde está la sede nacional y donde tiene Rajoy su despacho-. También avanzó la investigación contra todos los jefes de la formación en Valencia, que tienen en jaque a la ex alcaldesa Rita Barberá. Y toda España pudo ver a Jaume Matas, ex presidente de las islas Baleares, declarar como acusado de delitos graves en el juicio por los negocios oscuros de Iñaki Urdangarin, el cuñado del rey.
Con sus matices, todas las investigaciones destaparon tramas de sobornos y contratos irregulares que en apariencia sirvieron para financiar la maquinaria del partido y para enriquecer a algunos de sus personajes más emblemáticos.
Rajoy ya sobrevivió a una crisis gigantesca en 2013 cuando Luis Bárcenas, ex tesorero del PP, confesó la existencia de una contabilidad paralela y el pago sistemático de sobresueldos a los altos cargos del partido. Ahora la sombra de la corrupción lo golpea en el momento de mayor endeblez política, en el que se juega su futuro como presidente del gobierno, como líder de los conservadores y como eventual candidato a unas nuevas elecciones generales a mitad de año.
Aguirre -ex presidenta de la Comunidad de Madrid y actual concejal de la capital- reveló ayer que había llamado a Rajoy para avisarle de su renuncia, pero éste no atendió el teléfono a la primera. «Le envíe entonces un mensaje y me respondió: «Te entiendo»», contó ante la prensa. En otra frase que sonó a un misil hacia el presidente, la veterana dirigente señaló: «Las noticias se suceden y no es que llueva sobre mojado. Llueve sobre una inundación. La gente quiere gestos y el mío es dimitir para asumir mi responsabilidad política, aunque no me haya llevado nada».