Perú es uno de los países del altiplano andino en Suramérica, bendecido por un clima excepcional y unos parajes que realmente parecen haber sido esculpidos por una mano celestial. La nación inca enamora a cualquier turista y evoca el sueño de regresar siempre para redescubrir su infinita geografía bañada por el mar pacífico, rodeada de montañas imponentes, y habitada por una población llena de misticismos y con una sonrisa eterna.
Lima, su capital, se ha convertido en una de las urbes más vibrantes del cono suramericano, ahí la gentileza de la sociedad se mezcla con las reliquias de un pasado ancestral dotado de poder, por una civilización que se extendió por muchos territorios, y donde los vestigios en la actualidad son los principales exponentes del turismo local. Lima brinda su hospitalidad junto a su rica gastronomía, una de las más afamadas en el mundo por la fusión de platos locales y sabores asiáticas especialmente. Pero ésta no es la única ciudad que genera atracción en los miles de turistas que anualmente visitan Perú; el país es una caja de sorpresas y en el interior hay lugares mágicos, hasta catalogados “maravilla de la humanidad”, aquí la descripción de alguno de ellos:
Arequipa
Mejor conocida como la ciudad blanca de Perú; una urbe que se mezcla entre la historia arquitectónica y el espíritu de la modernidad. Arequipa es realmente hermosa, con callejones de piedras y un Palacio Municipal imponente. Es la capital jurídica de Perú, y en su territorio se ubica la sede del Tribunal Constitucional. Está enclavada entre la costa y la sierra sur del Perú hasta Los Andes.
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En ella se encuentra el famoso volcán Misti, una maravilla natural bañada por un manto nevado, se considera como uno de los diez que se mantiene activo en la cordillera de Los Andes; una forma de apreciar este paisaje es ir al mirador de Yanahuara, otro punto turístico dentro de Arequipa.
Cajamarca
Esta zona está al norte de Perú, los historiadores creen que es el punto geográfico donde se mantuvo el último bastión del imperio incaico. La agricultura en Cajamarca es una de las más prósperas del país, su ganado vacuno es de los más atractivos y nutridos, no sólo de la nación, sino de Suramérica.
Cajamarca posee unos escenarios naturales impresionantes que se extienden al infinito campo, junto a un ambiente colonial clásico; allí es imprescindible visitar los Baños del Inca, las Ventanillas de Otuzco y Cumbemayo.
Callao
Si el gusto es por el mar, en esta zona central del Perú se halla el lugar perfecto para el disfrute oceánico. El Callao es una de las zonas más comerciales del país, pues, su puerto es de los más comerciales de la región andina en el continente americano. Sus visitantes también se deleitan con las vistas memorables de sus casonas, y las visitas a las islas Palomino y San Lorenzo, además de los humedales de Ventanilla, y la concurrida playa de Canto Rodado. Su ubicación es perfecta, porque está muy cerca de Lima, por ello, se puede ir y venir sin ningún problema.
Trujillo
Conocida como la ciudad de la “eterna primavera”, en Trujillo los sitios turísticos son casi inagotables, desde el mar hasta las construcciones ancestrales que denotan un pasado cargado de mucha simbología. Ahí se puede conocer: la espectacular Plaza Mayor, la Catedral, el Balneario de Huanchaco, Huaca de la Luna y Huaca del Sol, bastiones del antiguo imperio mochica; y el Monasterio El Carmen, una edificación que data de 1759, que posee una pinacoteca con más de 150 lienzos de los siglos XVII y XVIII.
Cusco
Ubicada al sureste de Perú, ésta ciudad es sin lugar a dudas el rincón más visitado en Perú; su historia es magistral, pues, fungió como el hogar de una civilización amante de la ingeniería, férrea en su emancipación, y con grandes dotes de economía, los Incas.
Caminar Cusco es una de las experiencias más inolvidables que puede tener cualquier ser humano; sus calles empedradas y sus casas construidas sobre las bases incaicas se convierten en un escenario sin igual. En el casco histórico de Cusco no se puede dejar de conocer el mítico barrio San Blas y la Plaza de Armas, donde se halla la Catedral que tiene la imagen del Santo Cristo del Señor de Los Milagros, una esfinge muy venerada por los católicos.
El Valle Sagrado (Machu Picchu)
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Considerada la atracción natural turística más famosa del mundo, Machu Picchu es la montaña donde se construyó la ruina más contundente del imperio inca, sitio en el cual residían los plebeyos, pues, los reyes estaban en el Cusco.
Ésta “montaña vieja”, por su traducción del quechua, fue redescubierta por el explorador Hiram Bingham, en uno de sus viajes en 1911; la construcción permanecía escondida entre un bosque extenso, el cual se habilitó para mostrar la espectacularidad de una arquitectura rudimentaria pero de gran impacto, la cual se basó en piedra pulida para levantar sus paredes, que delinearon cuartos, baños, tumbas y, centros para adorar a sus dioses y conocer el tiempo.
A Machu Picchu se puede llegar desde la población de Aguas Calientes, un pequeño pueblo hotelero ubicado a unos kilómetros de la montaña, allí se arriba por el tren que se aborda en Cusco, o en la población de Ollantaytambo; desde Aguas Calientes se puede ir caminando hasta el Valle Sagrado, pero lo más recomendable es hacerlo a través de la línea de autobuses turísticos.
El valle Sagrado abre todos los días desde las 5:30 de la mañana hasta las 5:30 de la tarde. La mayoría de los turistas acuden al lugar antes de las seis de la mañana para observar la salida del sol que hace contraste entre las montañas Machu y Huayna Picchu, generando una supuesta silueta de un emperador Inca; pues, según relata la historia, la ciudad se edificó con ese propósito.
Hay personas que hacen el famoso camino del Inca, el cual puede tardar hasta siete días en llegar desde el Cusco al Valle Sagrado, quienes lo han hecho, dicen que es una experiencia reveladora. En 1983 la Unesco declaró Machu Picchu como Patrimonio de la Humanidad, y en 2007 entró en la lista de las siete maravillas del mundo.
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