Hoy escribo este artículo para colaborar con ponerle fin a la ola de odio y xenofobia que hay contra mis compatriotas venezolanos aquí en este hermoso país llamado Panamá.
Le mando este artículo a la página «Inmigrantes en Panamá» a ver si es verdad que publican lo que uno les manda y no sólo las cosas negativas. Espero lo publiquen y, si es así, muchas gracias por hacerlo, la comunidad venezolana en Panamá se los agradece.
No voy a echarle la culpa a nadie, no pienso atacar a mis compatriotas porque no se lo merecen. Lo menos que puedo hacer es ser solidario con ellos y entender que están aquí porque, al igual que yo, están huyendo de la situación tan difícil que se vive actualmente en Venezuela.
Sé que el 99% de los venezolanos que hemos emigrado somos buenas personas, trabajadores, honestos y que estamos más que agradecidos con la tierra que nos abrió las puertas, se llame Panamá, Estados Unidos, Chile, Ecuador, España, República Dominicana, Argentina, Costa Rica, México o cualquier otro sitio en este planeta en el que vivimos todos que ha albergado a hijos de la patria de Bolívar.
En mi caso personal, tengo casi 2 años en Panamá y estoy sumamente feliz y agradecida porque, a pesar de que muchas veces no entiendo la forma de ser de los panameños, no soy quien para juzgarlos y menos para criticarlos, simplemente agradezco estar en esta tierra y poder dar techo, comida y educación a mis hijos.
Fácil no ha sido, he tenido que superar muchos escollos, muchas actitudes que no entiendo, a veces muchas caras largas y como de bravura conmigo, pero eso ni me ha importado, ni me importa y estoy segura que no me importará en el futuro, porque yo me siento feliz y a gusto con este país.
Entiendo que hay algunos panameños que no están conformes con los venezolanos en su país, pero al igual que en nuestro caso, los que “ponen la torta” son 3 gatos, en el caso de los panameños también son muy pocos, el problema es que hacen mucho ruido.
Yo propongo que, entre todos, venezolanos y panameños de bien, aislemos y hagamos caso omiso a esas voces discordantes que generan tanto odio, que los ignoremos, que hagamos como si no existen y sigamos adelantes con nuestras vidas, con nuestra mejor sonrisa, la buena actitud que nos caracteriza, la solidaridad y el compromiso; con el mayor de los agradecimientos y dando lo mejor para hacer de Panamá cada día un mejor país, porque entre todos lo haremos posible.
Rossana María Gómez Astudillo
22 de noviembre de 2016Opinión
