Ibiza: Falta de vivienda dificulta a los inmigrantes empadronarse

Ibiza: Falta de vivienda dificulta a los inmigrantes empadronarse

“La dificultad para empadronarse en Ibiza ante la imposibilidad de encontrar una vivienda representa uno de los principales problemas que sufre la población inmigrante que llega a la isla. En su caso, además, tiene un inconveniente añadido pues para trámites como el de la obtención de la residencia el empadronamiento es fundamental”. Así lo reseña DiarioDeIbiza.es, con un trabajo periodístico de Nieves García Gálvez:

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«Un porcentaje muy elevado de personas que llegan a la isla se hospedan en habitaciones de viviendas particulares sin contrato de alquiler», expone la letrada de la Oficina de Atención a la Inmigración (OFIM), María del Carmen Marín. Eso quienes tienen suerte, porque tal y como resalta ella misma, hay quienes no encuentran casa «de ninguna manera».

«Están en casa de conocidos, dicen. También hay personas viviendo en la calle, pero no sin techo, o viviendo en coches; y quien viene a trabajar y su empleador le deja un lugar en el taller, en un sitio con una cubierta, para que se meta. Hay de todo», resalta

Luego están aquellos que sí tienen casa pero el contrato de alquiler les vence y el propietario se niega a renovarles. «Tengo solicitudes de este tipo. Se encuentran con que no les renuevan porque [el dueño] quiere reformar la vivienda y no alquilarla por ese precio», resalta y añade que hay gente a la que incluso «han amenazado para que se vaya».

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«He visto muchísimos contratos de alquiler por meses, por tres, cuatro o cinco meses. Y [a los inquilinos] les dicen que por cada día que no abandonen la vivienda pagarán un montón de dinero», relata la letrada, quien insiste en la «gran problemática» que existe con la vivienda entre la población inmigrante.

Y es que para los inmigrantes tener vivienda no es sólo fundamental para poder vivir en la isla, sino que les facilita el empadronamiento que es «clave para realizar cualquier trámite en materia de residencia [obtención o renovación], de nacionalidad, de escolarización de menores, asistencia sanitaria, de reagrupación familiar, de todo».

Un empadronamiento al que no pueden acceder por no tener casa, por no tener un contrato de alquiler o incluso porque no logran la autorización del propietario, ya que hay «muchos» dueños de pisos que no saben quién o quiénes residen en su casa. «En un gran número de ocasiones el propietario desconoce que el inquilino al que ha arrendado la vivienda la está realquilando», afirma Marín.

No es este el único obstáculo; a veces se encuentran con que en un domicilio hay empadronadas «tantas personas» que el Ayuntamiento no puede dar de alta nuevas inscripciones, lo cual está relacionado con que hay gente que se va y no se da de baja en el padrón. «El Ayuntamiento pone pegas y es lógico porque las personas no pueden estar hacinadas en el domicilio», afirma.

Pese a todo ello, Marín lanza un mensaje positivo: «Me ha sorprendido gratamente que hay mucha gente solidaria que ha facilitado vivienda a personas muy necesitadas, incluso a cambio de una cantidad de un alquiler muy irrisorio».

Atraídos por encontrar trabajo

A pesar de las dificultades para encontrar una vivienda, lo cierto es que siguen llegando inmigrantes a Ibiza atraídos, según cree Marín, por la recuperación económica y unas buenas expectativas laborales.

En concreto, la letrada habla de dos situaciones que ha detectado en este colectivo y que lo demuestran: el aumento de usuarios llegados de su país de origen durante el segundo semestre del año pasado y las solicitudes para recuperar la residencia realizadas por gente que se marchó y a la que se le había extinguido tras estar más de 12 meses fuera del país.

«En el último semestre de 2016 se experimentó un incremento de los usuarios que han venido de su país de origen, fundamentalmente de Argentina. Está viniendo gente nueva», insiste Marín, que agrega que aunque «en 2015 ya pasó y en 2014 también», no fue «tanto» como en los últimos seis meses del año pasado. «Se ha notado», sostiene.

Sobre la otra situación, que ella considera un «dato significativo», explica que «con motivo de la crisis económica, personas con residencia de larga duración, obtenida por haber residido de forma temporal cinco años en España, se marcharon voluntariamente».

«Como han permanecido más de doce meses fuera de España se les ha extinguido la residencia», indica la abogada, quien agrega que las solicitudes para recuperarla constituyen «una demanda nueva» que recibió a lo largo del año pasado. Según calcula, fueron una decena, aproximadamente, los casos.

Residentes de larga duración

A ellos se suman también las personas residentes de larga duración de la Unión Europea, sobre todo de países como Bélgica e Italia, que quieren establecerse aquí en la isla.

Pero a pesar de esas buenas expectativas de trabajo, obtener un contrato para los inmigrantes no es fácil. «He tenido personas con cinco, seis, siete años de residencia irregular aquí y que no encuentren trabajo. Es muy difícil», subraya.

Esto se debe, según la letrada, a que sin residencia regular este colectivo no puede acceder a un contrato. Necesitan que el empresario les haga una oferta de trabajo y con esta solicitan la autorización de residencia.

«Ese contrato entra en vigor cuando la Administración resuelva y esta tarda en función del volumen de trabajo que tienen. Y aunque en principio la ley habla de tres meses, a veces estos se convierten en bastante más», explica Marín, quien resalta que los empleadores no pueden estar ese tiempo esperando. «Si hablásemos de diez o quince días, pero es que se puede convertir en unos meses o llegar a un año; es mucho tiempo», apostilla la abogada.

Esta situación hace que las personas en situación irregular realicen trabajos donde después no les pagan o donde les pueden echar sin más porque no están contratados. «Hay un verdadero problema. Supongo que es un freno, pero la situación para quienes la viven es lamentable», sostiene en referencia a que no se pueda acceder a un trabajo sin residencia y que sea necesaria una oferta para obtener esta.

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Marín recuerda que existe una vía para la llegada regular de inmigrantes con permiso de residencia y de trabajo. Para ello el empleador ofrecía un puesto del denominado catálogo de ocupaciones de difícil cobertura y realizaba los trámites en la oficina de Extranjería solicitando la autorización para el trabajador.

Una vez concedida, el empleado solicitaba el visado, llegaba a España y pedía aquí la tarjeta de residencia. «Pero esta vía ahora no está exenta de obstáculos», apunta Marín en relación a «la crisis y el índice de parados».

Siete solicitantes de asilo

En 2016 también llegado a la OFIM solicitantes de asilo; un total de siete, según la abogada, que apunta que en cuatro de los casos se tramitaron dichas peticiones mientras que en otros tres correspondía a hombres y mujeres que estaban «en tránsito» a otro lugar y que aquí constan como desaparecidos, en tanto que se les ha perdido la pista.

Una de estas últimas era un sirio que estaba en un campamento de refugiados, que huyó con un pasaporte falso y que pasó por Ibiza de camino al Reino Unido. El resto eran personas legadas de otros países, algunos en conflicto, que por un motivo u otro «temían por su vida».

«Hay que distinguir estos de los que forman parte del contingente que asigna el Gobierno a las comunidades autónomas», comenta. En referencia a estos, explica que en el año 2016 llegaron un total de 73 refugiados a Balears que fueron atendidos en el albergue que el Govern balear ha cedido a Cruz Roja en la Platja de Palma.

«Llegaron 73 refugiados que han pernoctado. La mayoría eran sirios y eritreos y también de alguna otra nacionalidad. Pero estos aquí a la isla no llegan», relata Marín.

Fuente: DiarioDeIbiza.es

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