“Emigrar viene acompañado de una gran lista de cambios, algunos muy positivos y otros no tanto. Los riesgos provenientes de irse a vivir fuera del país pudieran crear una lista larga, pero hay ciertos requisitos que necesitas cumplir para que tu nuevo inicio sea lo más sencillo posible. En particular: conocer cómo funciona el entorno al que llegarás y saber cómo adaptarte a él”. Así lo reseña SalaDeEspera.com.ve, con un trabajo de Jackeline Rivero:
Tu país de llegada será tu nuevo hogar y por ende, significa que será el lugar en el que tu nuevo proyecto de vida se desarrollará. Por lo tanto, saber cómo es la interacción entre los habitantes, las costumbres y tradiciones del lugar y sobre todo, cómo funciona la ciudad para los que no son turistas.
Es importante tener en cuenta que no todas las sociedades son igual de amigables con quienes transitan en la calle. Puede presentarse la posibilidad de que llegues a una ciudad en la que, particularmente, los residentes tengan menos aprecio por los inmigrantes de lo que pudieses esperar y esto tiene que ser un valor de peso para elegir el lugar en el que comenzarás a formar tu nuevo proyecto de vida.
Si quieres tener aún más detalles que te ayuden a adaptarte mentalmente para el cambio de la emigración, una buena alternativa es buscar contactar algunos amigos o conocidos que se hayan ido a ese país o incluso, celebrando que en Internet la interacción social funciona de una forma mucho más libre, disponerte a conocer a algún nativo de tu ciudad proyecto.
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Esto puedes hacerlo desde redes sociales como Facebook, en las que existen grupos de personas que se encuentran en una situación similar a la que tú estarás próximamente. Busca conocer detalles mínimos pero representativos como cómo están ubicados los inmigrantes en la ciudad, ya que hay muchos casos en los que estos solo habitan un sector cerrado del lugar a modo de colonia, o qué tan sencillo ha sido para otros acostumbrarse a las costumbres del lugar.
Otra cosa que debes hacer es mentalizarte de que tienes que cerrar un ciclo y vivir un luto antes de dejar tu país. Exterioriza lo que sientes y piensas antes de marcharte para que luego no te atormenten los cabos sueltos que dejaste, ni te cargues de culpa por sentir que abandonaste tu país cuando más compleja estuvo la situación.
Mentaliza que este nuevo comienzo es para ti y para tu futuro, e incluso el de tus hijos. No es una decisión egoísta irse en busca de mejores oportunidades, además siempre que brilles fuera estarás representando a tu país de origen, porque sin importar tu ubicación geográfica la nacionalidad se lleva en los genes y en las creencias.
Fuente: Sala de Espera.
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