Ya nos queda poco para que llega diciembre, no me quedo con la nostalgia de oír las gaitas, pero si extraño mucho es pasar los buenos momentos con la familia (u otros viajaban a visitarlos y pasarla juntos en nuestros pueblos), decorar la casa de navidad, hacer el pesebre, recibir los buenos aguinaldos, comprar los regalos de la familia, amigos y sobrinos, el amigo secreto en el trabajo y en la familia.
Las fiestas donde trabajábamos que eran muy grandes, que llegábamos borracho al día siguiente a la casa, juntos con los buenos regalos que nos daban las empresas, las patinadas en Las Mercedes.
Comprábamos los estrenos para el 24 y 31 donde lucíamos lo mejor de la noche para recibir la navidad y el año nuevo, la cena navideña (el pan de jamón, el pernil, la ensalada de gallina, las hallacas, el dulce de lechosa), engordábamos muchos por diciembre, ver los fuegos artificiales que alumbraban los cielos en el año nuevo, recordando lo que se nos fueron durante el año (no sólo por nuestra partida, sino lo que dejaron de vivir), pero eran buenos tiempos que realmente lo extrañamos…
Ahora tenemos que adaptarnos a las costumbres de un nuevo país, aunque nos cueste admitirlo, compro los regalos a mi familia, sobrinos y esperando alguna persona de confianza para que se lo pueda llevárselo a Venezuela, comprar la cena de Navidad y/o año nuevo en un restaurant, pasándola solo o con amigos cercanos, recordando lo viejos tiempos cuando vivíamos en Venezuela, ya muchos no pueden viajar a Venezuela en esa fecha por la situación del país y no todo tiene el dinero para viajar allá…
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Todos tenemos que aceptar la realidad de todo nosotros, no imponer o cambiar las costumbres de un país donde nos están abriendo las puertas y de ahí realmente no hay unión entre mis compatriotas para poder reunirnos, en esas fechas de muchas nostalgia para todos nosotros…
Oscar Merchant
