Ante todo, un saludo a todos los venezolanos, los que, lamentablemente, estamos afuera, y, los que, también, lamentablemente, están adentro. Quien suscribe, Francisco José Rodríguez Raya, lo hace para expresar mi máxima repulsa por el escrito del Señor Juan Andrés Gómez, en el cuál, insulta y ofende a todos los venezolanos que, tristemente, tuvimos que salir del país que nos vio nacer.
Yo, llevo veinte años que vivo en Madrid, (o sea, que salí en la Cuarta, la que tampoco fue una bendición del Cielo precisamente), y no he dejado de recordar a mi Tierra cada día de mi vida. Desde esa fecha, el torrente de «cobardes compatriotas», ha sido imparable, torrente que aumentó con la llegada al poder de éstos cenutrios de la Quinta.
Desde que el mundo es mundo Señor Gómez, la emigración ha sido una constante, por una razón u otra, pero, con seguridad puedo decir que, la mayoría de nuestros compatriotas, lo han hecho por salir del país más violento del mundo, y no exagero. Nadie quiere ser parte de esa negra estadística, de la cual, nadie vuelve con vida.
Otra de las razones es, la falta de oportunidades de progreso en un país, donde desde que empezó a brotar el petróleo, la corrupción vino de la mano con él. No es cuestión de Cuarta o Quinta, es cuestión de mentalidad, y pasarán muchas generaciones para erradicar ese cáncer que es la llamada, viveza criolla. Le guste o no.
Suscríbete a nuestro canal de Telegram "Inmigrantes en Madrid" para que estés al día con toda la información sobre Madrid y España, ofertas de empleo y más
Usted dice que se queda para luchar por su país, bien, se le respeta; pero, no por eso, usted va a insultar a los que, hemos decidido, buscar en otro lugar, lo que nos niega, no nuestro país, sino, los malandros que lo gobierna, éstos, y los otros, que los echaron hace ya dieciocho años.
Y, para arrechera suya, volveremos. Quizás no todos, porque muchos habrán echado raíces afuera, pero, en su derecho están quienes decidan hacerlo, porque Venezuela es su país. No es propiedad suya porque haya decidido quedarse, o quizás sea la envidia de no haber podido irse también, lo que inspiró a escribir, lo que, con tanta rabia expresa en su correo.
Emigrar lleva consigo, más tristezas que alegrías, pero, también enriquece, y se aprende mucho. Los que algún día regresen, tendrán otra visión de las cosas; otros aprenderán otro idioma, carreras, etc., etc., que podrá aprovechar la tierra que los vio nacer, si es que, los mediocres que puedan aún estar gobernando, se lo permitan.
Un saludo desde Madrid. Con mis dos pasaportes, los cuales no he restregado en la cara a nadie, ni conozco a ninguno que lo haya hecho.
Francisco José Rodríguez Raya
Este artículo de opinión fue enviado al correo [email protected] por su autor
