Mucho se habla de la libertad que ofrecen las redes sociales a la hora de expresar nuestros sentimientos y ocurrencias en general. Si bien eso es cierto, y aunque muchos países no cuenten con un marco regulatorio claro sobre el manejo de estas aplicaciones móviles que han acortado las distancias y derribado fronteras globales, las mismas están siendo monitoreadas cada vez más, con el propósito de salvaguardar la paz de los Estados, según las confesiones de los gobernantes.
Aunque no existen regulaciones internacionales claras que mitiguen el uso de las redes sociales en los países bajo sistemas democráticos en el poder, en algunas naciones han entrado en vigencia resoluciones que tratan de impulsar un uso responsable, mientras otras “dictaduras” bloquean por completo la penetración de las mismas, como China y Corea del Norte.
En Europa y Norteamérica, las claves dentro del mundo digital pasan por establecer códigos de conductas estables dentro de estos softwares de comunicación masiva. Esos dictámenes se enmarcan dentro del respeto mutuo, sin menoscabar los preceptos de los deberes y derechos ciudadanos, o la exacerbación de los criterios catalogados como delitos punibles.
Para explicarlo en palabras más sencillas, actos deplorables como alentar asesinatos, robos, racismo y atentados terroristas serían vistos directamente como violaciones del derecho, y cada persona podría someterse a la justicia del mundo físico, con penas que pudiesen terminar con sentencias de años de cárcel.
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Por eso, al momento de usar las redes sociales debemos tener en cuenta, o pensar muy bien antes de publicar alusiones directas sobre:
Homicidio masivo: Se interpretaría como una desviación conductual, y las autoridades locales investigarían al usuario de esa red en particular hasta dar con su paradero; la justicia podría llamarlo a declarar, y de encontrar evidencias claras, los juzgados no se detendrán para dictar medida preventiva de prisión. Un caso muy conocido fue de un internauta que usó Twitter en Chicago, Estados Unidos, para alabar un tiroteo ocurrido en la ciudad, aduciendo que “él lo reeditaría”, inmediatamente fue encarcelado.
Pensar en asesinar un presidente: Varias han sido las denuncias de personas que han sido interrogadas por “gastar este tipo de bromas” en USA contra el presidente Barack Obama. Un joven de 26 años fue sentenciado a un año de prisión por escribir esas “sandeces”.
Cuidado con la sensibilidad terrorista: Tras los ataques de 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, la vigilancia en la red ha aumentado considerablemente, y en los últimos dos años cuando la violencia radical se ha desatado con hechos recientes como los de París y Bruselas, cualquier persona que sea detectada como una posible incitadora de grupos extremistas podría estar en graves problemas con la justicia. De hecho, muchos expertos analizan que aquellos cibernautas que buscan mucha información sobre las bandas Yihadistas en las redes son focos de vigilancia para las autoridades en Europa y EE.UU.
Dar informaciones policiales: En Estados Unidos e Inglaterra está penado que cualquier ciudadano de precisiones sobre tácticas policiales en medio de una manifestación o cualquier procedimiento judicial que ponga a en alerta a quienes estén siendo perseguidos o investigados.
La pedofilia: Cuidado con las alusiones que puedan interpretarse como lascivas contra menores de edad; este punto es muy controvertido y la línea límite delgada. Así que cualquier persona debe establecer parámetros antes de hacer alguna mención con respecto a la infancia y adolescencia. La justicia a escala internacional castiga severamente estos casos que pueden interpretarse como “dantescos” por la gravedad.
Usurpar una identidad: Aunque existen miles de cuentas fantasmas sobre famosos, políticos u otros actores de la sociedad en la red, las mismas están incumpliendo las leyes, pues, se trata de un delito. Aun cuando puede verse como fuera de control, aquellos perfiles que están usando nombres falsos e injuriando a esas personas se exponen a ser detenidos y puestos a la orden de las autoridades judiciales.
Sobredimensionar sucesos: Los perniciosos, amantes de acrecentar un hecho, catástrofe nacional, o avivar a las masas para ir contra el ordenamiento jurídico de una nación, están actuando al margen de la legalidad, sometiéndose a posibles sanciones.
Existen países que se encuentran debatiendo marcos jurídicos para regular el uso de los medios virtuales, en mayor proporción las redes sociales, como México y Ecuador en el continente americano; sin embargo, éste es un campo escabroso aún, por eso, las autoridades hasta el momento prefieren la fiscalización.
¿Has tenido algún momento engorroso por una publicación en redes sociales? Cuéntanos… Y si crees que esta información puede ser útil para alguien más, te invitamos a compartirla a través de tus redes sociales.
