Restaurantes en Panamá: Almorzando en "The Wine Bar"

Restaurantes en Panamá: Almorzando en "The Wine Bar", esta es la historia

Cuando mi esposo y yo vinimos a conocer Panamá (en un viaje de 10 días que hicimos meses antes de emigrar definitivamente) tuvimos la suerte de hospedarnos en un hotel ubicado en «El Cangrejo». Digo que fue una «suerte» porque, sin conocer mucho sobre las zonas residenciales o turísticas del istmo, fue pura casualidad que la búsqueda que hicimos en aquel momento en Booking.com nos llevara precisamente al sector en el que actualmente vivimos y que, en lo personal, es uno de mis favoritos en toda la ciudad.
Durante aquel viaje, y por recomendación de unos amigos que en Venezuela se dedican al negocio de la gastronomía, fuimos a almorzar en «Caffe Pomodoro Spaghetteria», que además quedaba muy cerca del lugar donde nos hospedábamos (por cierto, no era el Veneto jejejeje). En esa ocasión nos dimos cuenta que el patio interior al aire libre del local conecta con otro restaurant llamado «The Wine Bar». Buscando información por internet descubrí que ambos establecimientos tienen relación con otros tres, llamados «1985» (de comida francesa), «Rincón Suizo» y «Rincón Alemán».
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Hoy a mediodía estábamos buscando un lugar donde almorzar, que quedara cerca de otro sitio al que tenía que ir a primera hora de la tarde. Luego de un repaso rápido por mi inventario mental de opciones, terminamos degustando los sabores de «The Wine Bar» y decidí iniciar lo que espero se convierta en una serie de posts sobre “Restaurantes en Panamá”. Estas son las 10 cosas que resumen nuestra experiencia en este lugar:
01- La decoración del lugar está inspirada en un viñedo, con evocación a hojas de parra en el techo y todo. Quizás resulte un poco recargada para los minimalistas pero definitivamente se asemeja a un rincón mediterráneo en el que se rinde tributo la fruto de la vid.
02- El pan de la casa es muy rico y lo presentan siempre con una reducción de vinagre balsámico y aceite de oliva.
03- Al igual que en «Caffe Pomodoro Spaghetteria» la especialidad de la casa es la comida italiana (de hecho, ambos lugares ofrecen el mismo menú). Tienen platos combinados sugeridos por el chef y la típica selección en la que cada comensal puede escoger la salsa, tipo de pasta y su grado de cocción. También hay otras opciones de platos principales con carne, pollo, etc.
04- Me gustó mucho que tienen variedad para todos los gustos. Están las típicas salsas «de toda la vida» como pesto, carbonara, boloñesa, funghi; hasta combinaciones con quesos o frutos del mar.
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05- El rango de precios es bastante accesible si tomamos en cuenta que, de acuerdo al ingrediente seleccionado, hay platos que pueden resultar más costosos que otros. Para que tengan una idea, ordené linguinis con trozos de salmón ahumado y salsa de crema de crema fresca; y mi esposo una pasta corta en salsa Alfredo con pollo. Incluyendo bebidas, impuestos y propinas, pagamos poco más de $30.
06- Hablando de bebidas, pedí una copa de vino tinto. Sencillamente deliciosa. Rubí, casi violeta, desprendía sabores de ciruela y cerezas, evocando tímidamente el roble. Suave y texturizado, era definitivamente un vino que sabía a «alegría», así que le pedí al mesonero que por favor me indicara la marca y cepa. Les doy el dato: Carmenere, de Santa Alicia (chileno).
07- Una de las últimas veces que fui a «Pomodoro» me pareció que el servicio había sido muy «errático», por decirlo de alguna manera. La comida tardaba bastante en llegar y las bebidas no eran las que habíamos solicitado. Debo reconocer que en esta oportunidad la atención fue impecable. Nos guiaron a la mesa con prontitud, el pan y el agua se ofrecieron de inmediato, el vino y la soda fueron servidos oportunamente, la comida no tardó prácticamente nada y los mesoneros fueron muy atentos.
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08- La comida estaba riquísima. Un detalle que deben tener en cuenta es que las porciones son súper grandes. Si están acostumbrados a las porciones pequeñas probablemente terminen pidiendo una parte para llevar.
09- Si llegan a utilizar el baño se van a acordar de mí. Eso es lo que se llama «aprovechamiento máximo» del espacio. Es quizás la única cosa que le mejoraría al lugar, porque especialmente para las damas puede resultar un poquito incómodo. Una remodelación para ponerlo más coqueto (o más “priti”, como dicen aquí) le caería muy bien.
10- Estacionarse al frente del local, en la calle Eusebio Morales, puede resultar complicado porque los puestos de estacionamiento son pocos; pero en la calle Augusto Samuel Boyd (mejor conocida como vía Veneto) hay un estacionamiento para los clientes de Caffe Pomodoro y The Wine Bar. Está cerquita, no tienen que caminar casi nada. Para mejor referencia, el parking queda casi al frente del hotel Tryp by Wyndham Panamá Centro.
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Espero que la anécdota de mi almuerzo les haya servido como referencia si están buscando opiniones sobre sitios donde comer en Panamá. A medida que vaya conociendo otros lugares espero tener la oportunidad de contarles como me fue. Si ya conocen el lugar quizás quieran contarme su experiencia en los comentarios de este post.
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María José Flores
Panamá, 27 de marzo de 2015