Se fue de Venezuela antes de Chávez ¡Y estos son sus consejos!

Se fue de Venezuela antes de Chávez ¡Y estos son sus consejos para los que quieren emigrar!

El venezolano Nelson Arias, que tiene 18 años viviendo en los Estados Unidos, publicó un comentario en un artículo de la página InmigrantesEnPanama.com, nos pareció tan pertinente e importante que hemos decidido publicarlo en este sitio porque ofrece muy buenos consejos a los venezolanos que están emigrando en la actualidad.

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De la misma forma, emite unas opiniones importantes sobre Panamá, desde la visión de alguien que ya tiene casi dos décadas viviendo en el país más industrializado del mundo. A continuación su texto:

No me gustan los dimes y diretes entre países que son supuestamente «hermanos». Tampoco voy a caer en la retórica de invocar toda la historia universal desde que Bolívar libertó nuestros países. En mi caso, yo tengo 18 años viviendo en los Estados Unidos. Llegué muy joven y antes de que el comandante supremo intergaláctico saliera de la cárcel y comenzara el desastre que hay en Venezuela. No regresé hasta el año pasado y de hecho fue con escala en Panamá (por 45 minutos, que ya regresaré a este tema).

Soy de lo que se llamaba clase media, y aun cuando había salido de Venezuela antes, tenía arraigado ese nacionalismo de que Venezuela era el mejor país del mundo, incluyendo ideas erróneas de que era el mejor y único país en muchas cosas. Vive y aprende…

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Uno de los principios fundamentales (literalmente) de los Estados Unidos ha sido recibir gente de todo el mundo y relativamente darle la oportunidad a todos de desarrollar en pleno y lograr el éxito basado en el esfuerzo. Y rápidamente aprendí que Venezuela es medianamente parecida en ese aspecto… Ha recibido a mucha gente, aunque lo del éxito basado en el esfuerzo, como todos sabemos en la mayoría de los países latinoamericanos, generalmente es debido a la «palanca» o a la ayuda e influencias que la persona tenga.

Fue con mi esfuerzo y empeño (junto con mi grado universitario) que logré desempeñarme en estos últimos 18 años en los EEUU. Nunca dejé que nadie me menospreciara por ser inmigrante. Con amabilidad pero con mucha firmeza, demostré mi conocimiento en mi área a los que de repente querían ser un poco «racistas». Siempre me he empeñado en resolver los problemas que otros no han podido solucionar (Soy TSU en Informática, pero he seguido estudiando por mi propia cuenta) y eso ha logrado que todas las personas que me han empleado confíen en mí en cualquier momento.

Yo me fui de Venezuela no por el relajo en que la han convertido. Realmente no puedo hablar por los que lo hacen por necesidad en estos graves momentos. Solo les puedo recomendar, que a donde vayan, observen las leyes, aprendan el idioma, se integren a la comunidad, no sean altaneros (que llevan todas las de perder) y aprecien el nuevo comienzo y la nueva oportunidad que se les presenta con fe y mucho agradecimiento. Aun cuando tengas la nacionalidad por uno de tus padres o abuelos, no lleves las costumbres venezolanas, porque no te mudaste a Venezuela.

Después de 17 años sin ir a Venezuela, sin pena lo digo, en mi primer viaje, los cuatro primeros días lloré del desastre y la involución gracias al «Socialismo del Siglo 21».

Aun así, no dejó de asombrarme el espíritu luchador y trabajador de los más pobres. Desde los vendedores de mercado que pernoctan para vender sus frutas y vegetales en los mercados locales, hasta los vendedores de pescado frito en las playas que desde muy temprano ya están preparando todo para llevar sol como una teja todo el día.

Ahora, si no existiese la crisis en Venezuela, hay muchas cosas que se podrían mejorar. El servicio al cliente es malo en muchos sitios, y la verdad no los culpo, porque con ese sueldo mísero no hay mucho incentivo para mejorar. La paranoia de que en cualquier momento te van a robar o asesinar, hace que mucha gente no sea amigable, y la situación e incertidumbre del país genera una depresión general en cualquier ser humano.

Hay muchas leyes, procedimientos, políticas de las empresas, que rayan en lo absurdo y bizarro, que hace sentir que en vez de estar en Venezuela se está en la dimensión desconocida, y que por el bien de todos espero que se arreglen una vez que el largo camino de la reconstrucción comience.

e mi visita de 45 minutos a Panamá: El aire acondicionado del aeropuerto no funciona bien, el servicio al cliente (donde lo había) no era muy bueno que digamos. Colas eternas en casi todos los establecimientos de comida, $4.50 por una botella de agua???? En ningún aeropuerto del mundo he visto algo tan descarado. Ahh, y por supuesto los filtros de agua tienen agua como para hacer té (caliente). Me dio curiosidad y entré a la tienda Samsung, y el Galaxy S7 Edge que aquí cuesta $749, allá costaba casi $1200. y Creo que lo del reconcomio con los inmigrantes no es solo con los venezolanos, porque escuché a un mexicano hablando pestes porque perdió un vuelo y ahora no lo dejaban seguir camino a la Argentina, y que le tocaba devolverse a México y perder casi mil dólares en el pasaje, más lo que había pagado en el hotel en Buenos Aires.

Yo reconozco y he vivido en carne propia que un país progresa cuando abre las puertas a inmigrantes calificados y trabajadores, a inmigrantes que van a querer al país que los recibe igual o más que el país que dejan atrás.

Si Panamá o cualquier país quiere retroceder socialmente, ya eso es decisión propia de ellos. No los critiques, y deséales lo mejor, simplemente como dicen aquí: «Move on», enfócate donde si seas bienvenido y donde agradezcan tu espíritu de trabajar bastante, esforzarte y mejorar.

Nelson Arias