En contra de su voluntad, miles de venezolanos abandonan su país, principalmente, debido a la escasez de alimentos y medicinas, convirtiéndose, la nación, en la segunda población con el mayor número de refugiados del mundo sólo superada por Siria, aseguró a El Economista David Smolansky, coordinador del Grupo de Trabajo para la crisis de Migrantes y Refugiados Venezolanos, establecido por la Organización de Estados Americanos (OEA).
De acuerdo con Smolansky, desde el 2014 son tres millones de inmigrantes venezolanos los que han solicitado refugio en Colombia (1,100,000), Perú (500,000), Ecuador (250,000), mientras que en México, según cifras en las Naciones Unidas, se estima que hay entre 39,500 y 70,000 venezolanos.
“En Venezuela hay un flujo migratorio sin precedentes y no ha habido una guerra ni una catástrofe natural, ha sido producto de la restricción de libertades, violación a los derechos humanos y por la crisis humanitaria traducida en escasez de comida y medicinas”, aseguró.
El político exiliado reconoció que la región latinoamericana ha hecho grandes esfuerzos, como es el caso de Argentina que ha regularizado a 100,000 venezolanos de 130,000 que han llegado, mientras que Colombia implementó un permiso especial de permanencia donde 150,000 venezolanos han logrado regularizarse, no obstante, precisó que se tienen que hacer más esfuerzos para lograr un impacto positivo en los países receptores.
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“Es la crisis de inmigrantes y refugiados más grande que se ha registrado en América Latina, y la más grande en el hemisferio occidental; ante estas dimensiones la respuesta no puede ser individualizada”, comentó Smolansky.
A principios de septiembre, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, estableció el Grupo de Trabajo para Abordar la Crisis Regional de Migrantes y Refugiados Venezolanos.
En marzo del 2019, Smolansky presentará un informe.
