Testimonio: Me olvidé de Venezuela y ahora soy feliz en Madrid

Testimonio: Me olvidé de Venezuela y ahora soy feliz en Madrid

Cada día me siento más madrileña porque cada vez entiendo mejor a esta ciudad y a su gente. Mientras más tiempo paso con mi novio y sus amigos, todos españoles, más comprendo que los venezolanos vivimos en un mundo de mentira, nuestra cultura está años luz en el pasado al lado de la europea.

Desde que me pasó todo lo que me pasó, como pueden leer en mis artículos anteriores, tengo varios meses acá en Madrid viviendo de otra manera, sin estar atada emocionalmente a un país que ya no existe, a un sitio que la última vez que lo visité no sé cómo logré salir viva, pienso que fue un milagro.

Debo confesar que el haberme despegado emocionalmente de Venezuela ha sido liberador, ahora me siento tranquila, se me acabaron los remordimientos de conciencia, se me terminó el sentimiento de culpa de haberme ido y haber dejado a mi madre, mi hermana y mi Canela allá; entiendo que no es lo que quisiera, pero en este momento no podemos hacer nada para cambiar esa situación, aunque ya estoy trabajando en ello.

Tengo un empleo estable, no es el que quisiera, pero al menos gano lo suficiente para pagarme una habitación, comer, transporte, salir de copas con los amigos de vez en cuando y sobre todo, ahorrar para cuando me toque traerme a mis seres queridos.

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Quizás toda la roncha que pasé en Venezuela en mi último viaje fue el sacudón que necesitaba para esto, para saber que puedo seguir usando la palabra “chamo”, comiendo arepas, yendo a comer empanadas o comprar queso blanco duro en el tan famoso Mercado de las Maravillas, sin vivir en una angustia permanente pegada a Twitter viendo como Venezuela se hunde, sin importarme el precio del dólar; he sido capaz de borrar la app de DolarToday y quitar de mi Twitter todas las cuentas de noticias venezolanas y de personas que sólo hablan de eso.

Sólo me entero de las cosas cuando llamo a mi mami, de resto, entendí que vivo en Madrid, trabajo en Madrid, espero envejecer en Madrid, mi novio está en Madrid y que en este momento mi país es España y que debo enfocarme en vivir mi presente, mi yo y mi ahora, mi realidad propia sin andar lamentándome por situaciones que suceden en otros sitios y que no me afectan directamente.

Para mí, desde el momento en que comencé a ver las noticias de Venezuela con el mismo interés que veo las de Ruanda o Mongolia, mi vida cambió y he sido más feliz, más próspera y he logrado cosas que antes eran inimaginables para mí. Lo escribo como consejo para los que viven empeñados en estar físicamente aquí en España, pero seguir enganchados emocionalmente al desastre que se supone que querían escapar.

Escrito por: María Laura Gómez

Este artículo de opinión fue enviado a [email protected] por María Laura Gómez, inmigrante venezolana residenciada en Madrid