Testimonio: No tengo por qué explicar las razones de mi emigración a nadie | YoEmigro.com

Testimonio: No tengo por qué explicar las razones de mi emigración a nadie

No entiendo por qué los venezolanos que nos fuimos huyendo de la destrucción de nuestro país tenemos que sentirnos avergonzados de haber emigrado, no somos los primeros ni seremos los últimos en irnos de un país en ruinas y destrucción generalizada.

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Yo no me fui de mi país porque quería, lo hice porque prácticamente me empujó a irme, fue casi instinto de supervivencia, si leen mis artículos anteriores verán que cuando vine a Madrid por primera vez me quería devolver y lo hice, pero ahí descubrí que Venezuela no era lo que soñaba ni anhelaba, que eso a lo que quería volver era simplemente una mentira que me hacía a mí misma.

Me fui de Venezuela y no tengo por qué sentirme mal por eso, no tengo por qué andar deprimida ni tener sentimiento de culpa por buscar una vida mejor, por querer estar en un sitio donde me siento a gusto y plena.

No entiendo a los venezolanos que te cuestionan “por no quedarte a luchar” ¿a luchar por qué? ¿para qué? Yo lucho todos los días por lo más importante de mi vida, mi hermana, mi perrita canela, mi madre y yo, lo único que quiero es que todas estemos felices sin importar el país o la sociedad. Si es en Venezuela, bien, pero si es en Madrid también. No necesitas estar en un sitio determinado para lograr la felicidad.

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Hace tres años me vine a Madrid, me sentía culpable, miserable, quería volver a mi país, no me adaptaba a esta vida, sufría por desayunar todos los días mis empanadas, los pastelitos de la panadería o por no comer queso telita, parecía una zombie, me ponía mi gorra de la bandera o la camiseta de la vinotinto, cargaba una pulsera con el tricolor patrio y odiaba el acento español, me negaba a la posibilidad de ser feliz acá en Madrid, me obligaba a tener el cuerpo en España pero la mente y el corazón en Maracay, y de no haber regresado y pasado lo que pasé, no habría abierto los ojos para darme cuenta que el problema no es el país al que te vas, el del problema eres tú.

Sí, tu actitud, tu visión, tu ego y tu estupidez de andar por los rincones suspirando por un país que ya no existen son las cosas que te hacen sentirte miserable al emigrar. Hay que ser un poco más egoísta y pensar en una misma, me fui, estoy bien, soy feliz y ya, este es mi nuevo país, esta es la tierra en la que vivo la que verá nacer a mis hijos, Venezuela es mi pasado, pero no es mi presente y muy probablemente no será mi futuro, cuando acepté fui más feliz.

Escrito por: María Laura Gómez